Autor: Narciso Isa Conde
Es cierto que los policías rasos, clases y oficiales subalternos reciben salarios de miseria y muy maltrato. Incluso no pocos altos oficiales ganan poco para sus funciones.
Hay que felicitar al raso Daurin Múñoz por su valiente e inteligente denuncia sobre el tema, a través de las redes sociales. Estemos alertas para que no se lo coman las intolerantes y voraces hienas grises y moradas.
Una nueva policía deberá contar con salarios dignos, mucho más altos que los actuales, y con más y mejores prerrogativas sociales.
Sin embargo, la causa de la alta corrupción e irrefrenable criminalidad policial no debe reducirse a ese factor.
Esto es tan así, porque si a esa Policía Nacional-PN se les asignan los mejores salarios del mundo de seguro que con eso no se superaría la corrupción que corroe ese cuerpo, similar a la que copa a todo el Estado dominicano actual. El problema es multi-factorial, crónico y de gran envergadura.
Está Policía se pudrió y está secuestrada por mafias. Por eso hablo de una nueva policía.
A este Estado también le pasa lo mismo. Por eso insisto en su refundación a través de una Constituyente Soberana y Popular.
Se necesita, por tanto, una nueva policía creada desde un proceso constituyente llamado a definir las características de un nuevo Estado democrático-participativo bajo control social.
Esa Policía deberá ser civil, ajena a la represión política, respetuosa de los derechos humanos y las libertades ciudadanas, formada en valores ético- morales bien precisos y compartidos por la sociedad, instruida en la defensa de la soberanía nacional y popular; deberá ser dotadas de eficaces técnicas de prevención y de medios modernos de investigación y persecución de la delincuencia, buenos salarios y mejores servicios sociales; permanentemente fiscalizada por la ciudadanía.
La Policía actual está controlada por bandas criminales internas conectadas a organizaciones delincuenciales de la sociedad, impregnada de despotismo y prepotencia, corroída en sus alturas por el modelo consumista y fantoche, parcialmente privatizada y por esa vía al servicio de ricachones, políticos corruptos, altos funcionario y empresas privadas.
Esta PN debe ser disuelta, procurando recuperar, reeducar y re-entrenar solo a sus efectivos no infectados o poco contaminados. Igual hay que hacer con la DNCD, la DNI y ciertas áreas sensibles de las FFAA
Es claro que delincuencia uniformada no está en condiciones ni en capacidad de combatir la delincuencia común. Ambas son mancuernas y están protegidas por las elites gubernamentales mayormente corrompidas, degradadas y enfermas por el afán de lucro sin escrúpulos y la especulación.
La culpa mayor en todos los casos está en las alturas del poder económico, social, político y militar-policial del país, que usan a una parte de los de abajos, empujan a corromperse a sectores de las bases militares-policiales y lazan a la miseria extrema a los más honestos.
Los sueldos bajos en la PN son un problema dentro de otro de mayor dimensión y de carácter sistémico y estructural, propio del capitalismo en descomposición, de su consumismo enfermizo, y específicamente del tipo de capitalismo gansteril que arropa la sociedad dominicana.
En el seno de la PN se expresa la manera como las elites sociales, políticas y militares precarizan y empobrecen sin reparos a los/as asalariados/as, a la par de un poder putrefacto que dice preocuparse por su suerte y en verdad solo le importa acumular riquezas y vivir en la opulencia.
El actual modelo policial es armónico con el capitalismo vigente y el Estado actual.