EN LA MAÑANA
8:30
Jornada por el sector eléctrico.Hotel El Embajador.
9:00
- Segunda Rueda de Negocios del Mercado Público en la Región Norte. Salones del Edificio Empresarial, 3er nivel. Avenida Las Carreras 7, Santiago
Audiencia pública de la Superintendencia de Electricidad. Hotel Lina.
10:00
- Ofrenda floral de la Asociación de Especialista en Belleza. Altar de la Patria
Rueda de prensa de Luis Abinader. Oficina política, calle Ángel Severo Cabral 14.
- Rueda de prensa sobre Primer Premio Nacional de Innovadores de América. Torre Empresarial.
- Encuentro del Superintendente de Salud, Pedro Luis Castellanos con ejecutivos de las ARS. Hotel Holliday.
EN LA TARDE
12:30
- Reconocimiento a los periodistas Carlos T. Martínez, Manuel Quiterio Cedeño y Rosa Francia Esquea, por el Ministerio de Cultura . Hotel Crowne Plaza.
3:00
- Encuentro del ingeniero Eduardo Estrella con promotores de invernaderos. Sede del Partido Dominicanos por el Cambio, Calle Luis F. Thomen 252.
4:00
- Conferencia “Desafío de las drogas” con Fidias Aristy. Universidad Federico Henríquez y Carvajal, Herrera.
5:00
- Jornada de Prevención del Abuso Infantil. Universidad Unibe.
Seminario “Problemática del desempleo” con José Luis Corripio, Rafael Abreu y Maritza Hernández. Biblioteca Pedro Mir de la UASD.
- Inauguración asfaltado y bacheo de calles en el sector Vietnam de Los Mina.
5:30
Rueda de prensa de la Asociación de Rehabilitación y ARS Universal. Avenida Lope de Vega esquina Fantino Falco, Naco.
6:00
Puesta en circulación por la Unión Nacional de ONG’s del libro “Manual de Gestión Asociaciones Sin Fines de Lucro República Dominicana”. Hermandad de Pensionados, avenida Jonh F. Kennedy.
Conversatorio sobre últimas tendencias de marketing y publicidad digital. Hotel Gran Almirante de Santiago.
6:30
Apertura exposición de Guillo Pérez. Galería 360, pasillo Oeste
CUMPLEAÑOS:
La periodista Dionicia González.
El fotógrafo Pedro Antonio Paulino
El camarógrafo Rodrigo Marras Delgado
El señor Hairo Gabriel encarnacion Ramírez
El ex presidente de la Junta Central Electoral Doctor Julio César Castaños Guzman
El señor Rafael Calcaño Méndez
Los beisbolistas Carlos Santana y Timoniel Perez
Los empresarios Josefina Aurelia Espaillat Nanita y Rafael Guillermo Menicucci.
Miercoles, 08 de abril del 2015
Semana número 15; Faltan 267 días para el año 2016.
Día: Del Especialista en Belleza.
1546 -El Concilio de Trento adopta la Vulgata como version oficial de la Biblia.
1799 -Muere el abogado e historiador Antonio Sánchez Valverde y Ocaña.
1827 -Nace el medico y patriota puertoriqueno, Ramon Emeterio Betances, en Cabo Rojo.
1906 -Mediante un acuerdo Espana y Francia se dividen a Marruecos.
1928 -Es inaugurada la primera Radioemisora del país, la HIX.
1938 -Nacio Kofi Annan, quien fue secretario general de la ONU.
1959 -Es constituido el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por el que firmaron todos los paises de la OEA.
1961 -Es aprobado en Francia el armisticio con los rebeldes de Argelia, mediante un plebiscite.
1963 -La Asamblea Revisora de la Constitución rechaza el Artículo 22 del proyecto sometido por el PRD, que consagraba la autonomía de la Universidad de Santo Domingo.
2005 -En el Vaticano, en medio de una multitud que lo aclamaba Santo, sepultan los restos del Papa Juan Pablo II.
2013 -Muere en Londres, la ex primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, quien ejercio de 1979 a 1990.
2013 -Muere en Madrid, Espana la actriz de cine y cantante, María Antonia Abad Fernández, conocida artísticamente como Sara Montiel.
2013 -Sustituyen a Windows Live Messenger por Skype.
Miércoles de la Octava de Pascua
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (3,1-10):
En aquellos días, subían al templo Pedro y Juan, a la oración de media tarde, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la puerta del templo llamada «Hermosa», para que pidiera limosna a los que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les pidió limosna.
Pedro, con Juan a su lado, se le quedó mirando y le dijo: «Míranos.»
Clavó los ojos en ellos, esperando que le darían algo. Pedro le dijo: «No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar.»
Agarrándolo de la mano derecha lo incorporó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios. La gente lo vio andar alabando a Dios; al caer en la cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa, quedaron estupefactos ante lo sucedido.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
R/. Que se alegren los que buscan al Señor
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. R/.
Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro. R/.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.
Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R/.
Evangelio
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?»
Ellos se detuvieron preocupados.
Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?»
Él les preguntó: «¿Qué?»
Ellos le contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.»
Entonces Jesús les dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?»
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.
Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.»
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.
Ellos comentaron: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?»
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.»
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor.
Santoral
Santas Concesa y Maria Maxima y Santos Alberto, Amancio, Dionicio, Edicio, Gualterio, Perpetuo.
San Pompilio, Educador y predicador, (año 1766).
San Pompilio fue llamado "El Taumaturgo de Nápoles" (Taumaturgo es el que consigue milagros, el que obra prodigios).
Nació en Montecalvo (Italia) en 1710, de una familia adinerada y de mucho abolengo, o sea, con antepasados que habían sido famosos e importantes.
Cuando apenas tenía diez años se encontró en el sótano de su casa un cuadro antiquísimo de la Sma. Virgen y quitándole el polvo, lo colocó en su habitación y le dijo a la mamá: "Un día, cuando yo sea sacerdote, vendré y celebraré la misa delante de este cuadro". Sus hermanos se reían pero él estaba seguro de que sí iba a ser así.
Su padre quería que se dedicara a administrar los bienes de la familia, pero el joven deseaba ardientemente ser sacerdote. Sin embargo como ya tenía otro hermano en el seminario, el papá le negó el permiso para hacer estudios sacerdotales, añadiendo que le bastaba con tener un hijo sacerdote.
Más sucedió que el hermano seminarista murió con gran fama de santidad y entonces nuestro joven se reafirmó en su propósito de llegar a ser sacerdote. Y como su padre se oponía, un día, después de escuchar un hermoso sermón vocacional de un Padre Escolapio se puso de acuerdo con el predicador y se fugó de la casa paterna, dejando a su padre una carta pidiéndole excusas por ese atrevimiento.
El papá corrió a la casa de los Padres Escolapios a reclamar a su hijo, pero Pompilio le demostró tan grandes deseos de llegar al sacerdocio y le expuso tan fuertes razones para ello, que su padre tuvo al fin que aceptar y lo dejó en el seminario.
A los 24 años fue ordenado sacerdote y la comunidad lo dedicó a enseñar a los niños pobres de las Escuelas Pías (Escolapios se llaman los padres que enseñan en las Escuelas Pías).
Su salud era muy deficiente y una tos continua lo hacía sufrir mucho, pero a pesar de esto nunca faltaba a sus clases y sus alumnos hacían verdaderos progresos, muy notorios a todos.
Y entonces empezó a tener fama de ver a lo lejos lo que estaba sucediendo en otra partes. De vez en cuando se quedaba con la mirada fija en la lejanía y anunciaba hechos que sucedían a gran distancia. Un día estando en clase se quedó mirando hacia lo lejos y dijo a sus alumnos: "Algo grave está sucediendo a uno de los nuestros". Luego preguntó: "¿Quién falta en la clase?". Le respondieron: "Juan Capretti". Se quedó un rato pensando y exclamó: "Recemos por él, porque está en grave peligro". Luego envió a un alumno y le dijo: "Vaya a la casa de Juan y pregunte por él". El muchacho llegó a la casa de Capretti y preguntó si sabían dónde estaba. La mamá y la hija, que se imaginaban que estaría en la escuela, corrieron a su habitación lo encontraron tendido por el suelo. Lo sacudieron y despertó de un ataque. Luego contó: "Sentí un terribilísimo dolor de cabeza y creí que me moría. Pero de un momento a otro como que una mano pasó sobre mi frente y recobré la salud". Cuando el mensajero volvió a la clase a contar lo sucedido, el padre Pompilio dijo muy contento a los jóvenes: "Dios ha escuchado la oración que dirigimos por nuestro amigo Juan".
Su devoción a la Sma. Virgen era inmensa. En sus ratos libres fabricaba camándulas y las regalaba a todos los que querían rezar el rosario. A todos les recomendaba: "Sean muy devotos de la Sma. Virgen María".
Cuando después de varios años de ser sacerdote, fue por primera vez a celebrar la Santa Misa en su casa, su madre, sin recordar lo que él había dicho en su niñez, le preparó el altar frente al cuadro que de niño había sacado del sótano. Pompilio al final de la misa exclamó: "Bendito sea Dios que me ha permitido cumplir aquellas palabras que de niño dije al encontrar este cuadro de la Virgen Santa en el subterráneo: "Un día celebraré misa ante esta imagen de la Sma. Virgen".
Los superiores lo enviaron de misionero a pueblos muy alejados, donde no había sino campesinos y pastores pobres. El andaba kilómetros y kilómetros y se le gastaban mucho sus zapatos y no tenía dinero para reponerlos. Entonces dispuso caminar descalzo y así lo hizo por muchísimos caminos. A quien le llamaba la atención diciéndole que esto era indigno de un sacerdote, le respondía: "No se afane que así andaba Nuestro Señor". Su sotana era de lo más remendado que se encontraba, pero así imitaba también la pobreza de Jesús, y cumplía lo que dijo el Divino Maestro: "Dichosos los pobres porque de ellos será el Reino de los Cielos". Y con estas penitencias lograba la conversión de muchos pecadores.
En Semana Santa hacía el viacrucis al vivo y él se cargaba al hombro una pesadísima cruz y descalzo subía a una montaña rezando el santo viacrucis con el pueblo. Las gentes se admiraban de su santidad y de sus penitencias y trataban de hacer también algunos sacrificios.
Fue enviado a Nápoles y allá predicaba muy fuerte contra los usureros y los que en casas de compraventa favorecen a los tramposos. Entonces los dueños de las compraventas dispusieron inventarle toda clase de calumnias y lo acusaron ante el Sr. Arzobispo. Y lograron convencerlo. El prelado les dio permiso de que llevaran la acusación ante el rey. Y tantas mentiras dijeron que el rey decretó que el padre Pompilio debía ser expulsado.
Llegaron los policías a la casa de los Padres a llevarse al Padre al destierro, pero él subiéndose a la carroza les dijo que sin permiso del superior no podía alejarse. Y por más fuerte que les dieron a los caballos, no se movieron. Entonces llamaron al Superior el cual le dijo: "Pueden irse, Padre", y en ese momento pareció como que les hubieran soltado las patas a los caballos y salieron a galope.
Los que lo llevaban al destierro lo vieron suspirar y le preguntaron: "¿Por qué suspira, por tener que irse al destierro?". Y él respondió: "Suspiro porque el que se inventó todas estas calumnias, le ha tocado irse ahora para la eternidad a dar cuentas a Dios". Y así fue. Aquel mismo día el inventor de las calumnias murió de repente.
Y el pueblo de Nápoles hizo tantas manifestaciones en favor del padre Pompilio, que el rey tuvo que decretar que podía volver a la ciudad. Pero para evitar más problemas los superiores lo dedicaron a predicar en los pueblos de los alrededores.
Y sucedió que un niño se cayó a un hoyo muy profundo y parecía que se ahogaba. La mamá llamó a nuestro santo. El se puso a rezar y el agua del pozo se fue subiendo y sacó al niño hasta la orilla, sin haberse ahogado.
Sus milagros y prodigios eran continuos y maravillosos. A veces se elevaba por los aires mientras rezaba.
Pero los agotadores trabajos por la salvación de las almas lo debilitaron y en 1766, cuando apenas tenía 56 años, un día en medio de sus compañeros religiosos exclamó: "Oh la Madre preciosa. La Mamá linda viene a llevarme al cielo". Y murió dulcemente.
Quiera Dios enviarnos muchos profesores y predicadores tan entusiastas y fervorosos como San Pompilio, aunque no logren hacer tantos milagros como él.
Tened fe y nada será imposible para vosotros. (Jesucristo).