Por Ricardo Bustos
«La tecnificación de la producción y la búsqueda de una rentabilidad mayor, lleva a las empresas a reemplazar cada vez más operarios por robots…
Es por eso que llama bastante la decisión inversa que tomó Mercedes-Benz en su planta de Sindelfingen, en Alemania, que ha vuelto a poner a empleados de carne y hueso en lugar de las máquinas que ocupan parte de su línea de montaje…
El motivo que llevó a la marca de la estrella a realizar estos reemplazos se debe a la compleja variedad de opciones y elementos que puede llevar su modelo Clase S, en función de las preferencias y elecciones de sus futuros propietarios. La clave es la flexibilidad, ya que según Mercedes-Benz, los humanos somos capaces a adaptarnos más rápido a los cambios que la fabricación de este modelo obliga a realizar de un día para el otro.»La variedad es demasiado grande para que los robots la puedan tomar con velocidad. No pueden trabajar con todas las opciones diferentes y seguir el ritmo de los cambios «, explicó Markus Schaefer, jefe de producción de la planta».(Clarín).
Durante casi 6 años y por mi tarea profesional como Locutor oficial en Ceremonial de Gobernación en Provincia de Buenos Aires, muchas veces fueron las oportunidades en las que participé realizando actos de inauguración de Empresas muy importantes a nivel nacional y provincial. En una ocasión, transcurría todo en un pueblo del interior y recuerdo que estaban allí el Presidente de la Nación, Gobernadores, Ministros, Intendentes, Legisladores, Embajadores, funcionarios nacionales y provinciales y por supuesto los titulares de la Empresa.
(la misma que hoy produce mas de la mitad de las golosinas, chocolates, helados y galletitas en el país y exporta a todo el mundo) Al finalizar el acto protocolar se invitó a los presentes a recorrer las instalaciones y se hizo una demostración de cómo funcionaba una de las máquinas elaboradoras de sus ya famosas galletitas, que tenía una extensión de aproximadamente una cuadra de largo (100 metros aprox.). Observamos que por un extremo ingresaba la materia prima, que una vez mezclada con los productos agregados pasaba por un horno que la iba cocinando y tras un proceso de enfriamiento en seco para quitarle el posible vapor que quedaba, otra máquina automática comenzaba el proceso de envasado para después cargarlo a los camiones que la distribuirán por todo el país (y desde los puertos a 70 países). Todo ese proceso duraba un poco más de 45 minutos. Debo agregar que como esa monstruosa máquina, en el predio existían tres mas de igual dimensión.
Una vez presenciada la exhibición el presidente de la nación y el gobernador junto a los propietarios de la empresa, fueron invitados a poner en marcha simbólicamente la maquinaria presionando un botón verde en el tablero y de esa manera nacía aquello que se había promocionado como una nueva fuente de trabajo para demostrarnos el crecimiento del país.
Lo cierto es que semejante inversión empresarial, solo le daba trabajo a 200 operarios ya que el resto lo hacía la más cruel de las competencias para el hombre y su familia…»la máquina inteligente».
Esto me recuerda cuando mi hijo era pequeño, cierto día mirando por televisión un documental de Japón, que trataba sobre los robots en la industria y sus beneficios, ese niño en esta nueva era, supuestamente veía unos muñecos moviéndose de un lado a otro, pero sin embargo y para mi asombro, tuvo una reacción que me dejó sin palabras…me preguntó… ¿Pa…y si estos muñecos van a hacer todo el trabajo que hacen los hombres hoy…donde van a trabajar ellos después?.
Lamentablemente la respuesta la tuve 30 años después cuando observando el crecimiento tecnológico en las industrias, cualquiera sea el rubro que exploten, fue dejando al costado del camino laboral a millones de ciudadanos que sabían llevar el sustento a sus hogares por más bajo que sean sus salarios.
No sé si sería correcto retroceder en el tiempo, pero a este paso seguramente cada día quedará más gente excluida del circuito laboral y no solamente por el juego de la oferta y la demanda, sino por la competencia tecnológica imposible de enfrentar como es el reemplazo de la máquina por el hombre.
Basta recordar que antes un tren de cargas tenia un clásico vagón de cola en donde un guarda viajaba en solitario a veces miles de kilómetros controlando lo que ocurría en la formación ferroviaria. Hoy ese guarda fue reemplazado por una lamparita colorada y un radio de control.
Antes el colectivero tenía a sus espaldas un guarda que vendía los boletos del ómnibus y el conducía seguro, tranquilo y prestaba atención al tránsito, hoy una máquina entrega un papelito que acredita el viaje abonado. Los trámites que debemos realizar en cualquier lado sea Banco, Correo, Registro Civil, Rentas y tantos otros lugares, dependen exclusivamente de la maquinita y vaya paradoja… cuando la maquinita no tiene «sistema» es cuando más recordamos el lápiz y papel. Sin ir más lejos muchas son las veces que nos encontramos con este tipo de problemas por cualquier inconveniente con la conexión a Internet.
Para realizar las tareas más rápido, 20 obreros abriendo una zanja para colocar caños en un barrio fueron reemplazados por una máquina y un operario, quitando la posibilidad de sustento económico a 19 obreros capacitados para poder demostrar que ellos también pueden hacer el trabajo de la máquina como se realizaba antes.
Al final todo ello sirve de poco ya que después el Gobierno, debe inventar puestos laborales «mentirosos» con subsidios que pagamos todos, creando cooperativas de trabajo para darles al menos un sustento legal al engendro asistencialista y volviendo a incorporar a la planta de sueldos a los mismos 19 que la máquina dejó sin trabajo.
Bienvenida la tecnología, la ciencia y la educación, pero en aquellos trabajos donde la mano del hombre es necesaria en lo social y económico para no seguir fabricando desocupados, bueno es replantear el sistema y darnos cuenta que si la máquina cuesta dos millones de pesos pero me ocasiona una pérdida en la masa laboral a la que después inexorablemente deberá asistirse con cualquier tipo de subsidios generando políticas repugnantes de clientelismo, la cuenta es muy sencilla. Solo la política es capaz de revertir esa situación y volver a pensar hasta qué punto la automatización en todo es un beneficio para la sociedad.
«La máquina ha venido a calentar el estómago del hombre pero ha enfriado su corazón». Miguel Delibes (1920-2010 – escritor español)
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556