Por Rafael Frías Kelly
Sin lugar a dudas que Jorge Ramos es uno de los periodistas mas destacados de América Latina. La revista Newsweek lo sitúa en la lista de los 50 políticos y periodistas de mayor importancia en Estados Unidos. La revista Time lo coloca como uno de los 25 hispanos más influyentes de Norteamérica.
El hecho de que Ramos ocupe un sitial tan importante entre los periodistas hispanos, no lo libera de ser tocado por los tentáculos publicitarios de un gobierno poderoso como el del presidente Danilo Medina, cuyo principal asesor publicitario se encuentra preso en Brasil por la acusación de lavado de miles de millones de dólares en diferentes países, donde se menciona también a la República Dominicana. Nos referimos evidentemente a Joao Santana.
La entrevista de Jorge Ramos a Luis Abinader, presentada por sectores ligados al gobierno, como muestra de torpeza del principal candidato presidencial de la oposición, lo que evidencia es lo lejos que llegan los tentáculos del gobierno de Danilo Medina Sánchez.
Basta con tener dos dedos de frente, para saber que si Luis Abinader se presentó a la entrevista con Jorge Ramos fue con el objetivo de promover sus propuestas como candidato presidencial.
Esta entrevista fue incidentada por los tentáculos de un gobierno capaz de cualquier jugada para mantenerse en el poder.
De los diez minutos aproximados que duró la entrevista, Luis Abinader se vio precisado a emplear casi siete minutos tratando de salir de la sorpresa del tipo de preguntas que se le formulaban, varios minutos en defender de manera sutil al ex-presidente Hipólito Mejía, para evitar fricciones internas al interior del PRM y el resto de tiempo explicándole a Ramos cuanto tiene ahorrado en el banco o cuanto tiene invertido en negocios propios o familiares.
Sobre estos dos últimos temas se basó la entrevista de Ramos a Luis Abinader.
Como los dominicanos estamos sometidos a un bombardeo propagandístico de idioteces por la mayoría de los medios de comunicación, ya no estamos en condición de descifrar lo que el fenecido profesor de Español Alberto Malagón denominaba la estructura profunda del lenguaje.
La entrevista con Jorge Ramos sin lugar a dudas, no guardó distancia de las ya rutinarias en nuestro país, donde comunicadores financiados por el estado , frenan con mañas, argucias y acumulada experiencia los cuestionamientos al gobierno de turno.
Lo único que se le puede cuestionar al candidato presidencial del PRM en su comparecencia ante el periodista de Univisión, es que ante la insistencia de Ramos por sustentar la entrevista sobre la supuesta corrupción del gobierno de Hipólito Mejía, Luis Abinader debió solicitarle a Ramos que invite al ex-presidente Mejía a su programa para que le responda todas sus inquietudes.