MI VOZ ESCRITA, Por Jorge Herrera
Ante la relativa cercanía de las elecciones del 15 de mayo y la barahúnda que podría provocar la ocurrencia de unos resultados viciados por el afán continuista de un presidente que insiste en su propio engaño, pienso que no es ocioso hacer algunos ejercicios de abstracción.
Verbigracia: En caso de que el Imperio norteamericano se haga el desentendido, no obstante las evidencias que arroja la intención, no ya de una dictadura de partido sino personal, pues hasta se impuso con procedimientos nada santos la reelección consecutiva en la Carta Magna de la República, ¿qué pasaría?
Sobre todo, luego del “asqueroseo” del presidente de la Junta Central Electoral (JCE) a la Federación norteamericana, en tanto Estado, debido a la declaración desafortunada, como muchas otras, del inefable y parlanchín Embajador USA.
Ese señor, James (Wally) Brewster, de quien es obvio suponer que en ocasiones al “dar del cuerpo” no expulsa por el ano heces fecales sino semen oralmente inspirado de su “legítimo marido”, aprovechando una cortesía del pleno de la Junta se permitió insinuar la certeza de que los Estados Unidos observaría las elecciones del 15 de mayo. ¡Qué marica más afrentoso!
Así mismo, si nuestros prelados de la Santa Iglesia Católica por estar de irresolutos permiten que precisamente en la que fuera portal y faro de luz para la evangelización de la América hispana se instaure legalmente la relación sexual contra natura que procura el insolente diplomático con la anuencia descarada de su Presidente y de Danilo Medina, ¿a este pueblo cristiano sólo le quedaría encomendarse a Dios?
Me resisto de manera firme y rotunda a creer que aquel prelado que en cierta ocasión alegara con vehemencia su condición de hombre, aunque tuviera encima la sotana, hoy no tenga la autoridad ni sea capaz de promover la Pastoral que necesita con urgencia la nación dominicana.
La Pastoral que denuncie desde todos los púlpitos sagrados de la geografía nacional, el propósito malsano contra la fe católica que anida en sus adentros, el energúmeno Danilo Medina Sánchez. ¡El auténtico Anticristo de ahora!…