Cortesía: De AP.
PANAMÁ.- Los líderes de Estados Unidos y Cuba sostuvieron el sábado su primera reunión formal en más de medio siglo para allanar el camino para una normalización de relaciones, y que pareció impensable para cubanos y estadounidenses de varias generaciones.
Los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama.
En una pequeña sala de conferencias en el centro de convenciones de Panamá donde se celebra la Cumbre de las Américas, los presidentes Barack Obama y Raúl Castro se sentaron uno al lado del otro en un intento por impulsar un esfuerzo que lleva varios meses para reanudar las relaciones diplomáticas. Obama dijo que quería «pasar la página» en referencia a las viejas divisiones, aunque reconoció que aún existen diferencias significativas entre ambos países.
«Esta es obviamente una reunión histórica», dijo Obama poco después del encuentro. «Creo que era hora de probar algo nuevo, que era importante para nosotros acercarnos al gobierno cubano», «Y más importante, al pueblo cubano», dijo el presidente.
Castro dijo al mandatario estadounidense que estaba listo para discutir asuntos sensibles, como los derechos humanos y la libertad de prensa, y afirmó: «todo puede discutirse». Pero añadió que los dos países han «acordado disentir».
«Estamos dispuestos a avanzar en la forma en que el presidente ha descrito», dijo Castro.
El histórico encuentro se celebró al margen de la Cumbre de las Américas, a la que Cuba asistió este año por primera vez. Aunque la reunión no se anunció oficialmente, asistentes de la Casa Blanca habían sugerido que los dos líderes estaban buscando una oportunidad para reunirse en Panamá para discutir los esfuerzos por abrir embajadas en La Habana y Washington, entre otros temas.
En breves palabras a los reporteros al comienzo de la reunión, Obama reconoció que Cuba también seguiría planteando preocupaciones sobre políticas estadounidenses. Por su parte, Castro dijo que concordaba con todo lo que Obama había dicho, en lo que constituye una asombrosa declaración del líder cubano.
«Estamos dispuestos a hablar de todo, pero con paciencia», dijo. «Con algunas cosas estaremos de acuerdo, con otras no».
Y nada es estático, agregó, señalando que los desacuerdos de hoy pudieran convertirse en áreas de acuerdo mañana.