Por Ricardo Bustos
“La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa”. Albert Einstein
Cuanta angustia se hubiera evitado al actuar en tiempo y forma sobre los delincuentes que nos llevaron a esta triste etapa institucional de la República o lo que nos queda de Ella.
Fueron muchos los periodistas, dirigentes sociales, comunicadores, lectores que alertaban a la Justicia sobre lo que estaban observando en sus propias tierras al comprobar de que manera se robaba al Estado con total impunidad y el apoyo incondicional de los gobernantes de turno.
Tenemos solamente en la enorme Provincia de Buenos Aires, casi 80 hospitales sin la infraestructura edilicia y sanitaria que necesitan, profesionales que nos salvan la vida con sueldos de miseria, falta de personal en la mayoría de los nosocomios, mal trato de muchos ciudadanos hacia médicos o enfermeras por no ser atendidos en tiempo y forma, aún sabiendo los motivos que los llevan a tomar esas medidas.
Como ejemplo, mis vecinos son padres de un niño de 9 años que necesita la atención de un Neumonólogo y deben viajar 20 kms. para pedir un turno a las cinco de la mañana en un hospital para que le den un turno para la profesional que atiende en otro hospital que está a 60 kms. de distancia y como estos casos miles para comentar en nuestra provincia litoraleña.
La seguridad en manos de policías sin experiencia por no tener una instrucción acorde a lo que la profesión requiere, con jóvenes que hasta ayer estaban por las calles del barrio, desocupados, sin ninguna posibilidad de futuro, habiendo pasado por las Escuelas que no les pudo dar una suficiente calidad educativa por razones sociales, económicas o también en muchos casos… políticas, por pertenecer a grupos que responden a caudillos que nada entienden y poco le interesan los problemas de la juventud.
Entre los nuevos policías podemos ver a muchas chicas y chicos que patrullan las calles con trajes pintorescos pero con una cara de miedo que asusta verlos al pensar que son quienes llegado el caso deberían defendernos.
Hace unos días estuve en una provincia norteña y pude comprobar que habían construido un barrio con viviendas para miles de ciudadanos que, según se decía, no tenían su casa propia y tampoco podían acceder al crédito hipotecario porque sus haberes no lo permitían.
La sorpresa fué que por boca de algunos vecinos me enteré que hay casos en donde punteros o dirigentes políticos, cuentan con tres o cuatro de esas viviendas a nombre de ellos o algún familiar o testaferro y después con documentación «trucha», previo pago de buenas sumas de dinero, transfieren esas propiedades a quienes realmente correspondería por derecho propio.
Existen barrios enteros que no se construyeron y el dinero fué a parar a otro lado, rutas que no existen en la práctica pero figuran como realizadas, tareas de bacheo que son una vergüenza porque va un camión antiguo con cuatro obreros de «mameluco» color naranja eligiendo cual es el pozo que van a tapar y con una pala y un poco de asfalto negro, disfrazan la mentira que todos comprobamos a la semana siguiente cuando caen dos gotas locas y vuelve a quedar al descubierto el mismo pozo.
Ejemplo de ello es la ruta nacional 12 en el tramo Santa Ana hasta Iguazú, paso internacional obligado, absolutamente deteriorada con el peligro que ello representa para los conductores de todo tipo de vehículos ya que por allí transitan todos los que se dirigen hacia las Cataratas del Iguazú o Brasil.
Mientras la justicia continua en la búsqueda de mas propiedades de Lázaro Báez, adquiridas con dineros mal habidos, los comedores escolares no cuentan con fondos suficientes para darles desayuno, almuerzo y merienda a los niños de escasos recursos que aunque nos duela, son una gran mayoría y algo peor ocurre en los hogares de esos mismos niños ya que sus padres perdieron la costumbre de preparar alimento para sus hijos… total… ya comieron en la Escuela.
Una de las «damas» mas importantes hoy es la señora Margarita Barrientos que en el comedor «Los Piletones» asistida también por un grupo de madres voluntarias, dan de comer a mas de 2000 niños todos los días.
Como vemos, se ha perdido la voluntad, el entusiasmo que produce ver crecer a un niño sano y feliz, aunque ello no fué casualidad porque se llegó a esta instancia gracias a las políticas populistas de muchos gobiernos.
Hace unas horas transitando una de las rutas de la provincia, pude observar a un grupo de chicas que pertenecen a una de las etnias de aborígenes que habitan por la zona y como es mi costumbre, siempre saludo con la bocina del auto y me responden levantando sus manos, aunque hoy recibí la sorpresa al verlas con unos celulares enormes que yo no los puedo comprar ni haciendo horas extras un año.
La lógica indica que hay alguien que está mirando para otro lado y por no perder el voto cautivo de esa gente el día de las elecciones, proveen de elementos que solo aumentarán las pocas ganas de estudiar o trabajar para, el día de mañana, ser ciudadanos aptos y desarrollar cualquier tipo de tareas en la propia comunidad, habiéndose capacitado en alguna institución educativa a las que todos hemos ido.
Los varones son víctimas de los mismos punteros y cada vez que llega la fecha de cobro, se los ve cerca de los cajeros del banco esperando a quien les hace el trámite y luego un cuadro lamentable, irrepetible que, por respeto a esa misma gente no lo explico.
Ellos no merecen el trato inhumano de la clase política que tapa con dinero lo que debería hacer con instrucción y educación.
Quizá haya llegado el momento de averiguar quienes están detrás de las etnias y sus presupuestos estatales porque vemos mucha preocupación en aquellos dirigentes que deben decidir los montos a percibir por nuestros hermanos originarios y no son valores pequeños los que se llevan con su VISA.
«Sacrificaría mi existencia, antes de echar una mancha sobre mi vida pública que se pudiera interpretar por ambición”. (José de San Martín)
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556