Por Héctor Silvestre hijo
En días recientes le hice la siguiente pregunta a un gran amigo: ¿Habrá que formar un nuevo partido o con los que tenemos será posible realizar las transformaciones que necesita el Estado dominicano?.
Su respuesta fue que era posible lograr las reformas a través de «una redefinición de algunos de los pequeños partidos del sistema…», pero que la unidad de los mismos era fundamental.
En su muro de Facebook, el diputado del PRM por la Circunscripción 2, del Municipio SDE, Jorge Frías escribió lo siguiente, cito:
«Seré un político raro o quizás mi inteligencia no me alcanza para entender algunos amigos del PRM. A dura pena estamos saliendo de una campaña electoral, donde por la forma que nacimos como Partido, hubo deficiencia y desorganización, lo digo así, para ser un poco diplomático y esos compañeros, en vez de iniciar un proceso de organización, de consolidación de las estructuras Partidarias, de elaborar un padrón de militantes, de trabajar para que nuestro Partido siga ganando confianza en la población, lo que se han adentrado en aspiraciones a cargos partidarios y hasta a electivos para el 2020, ( Si para el 20) como si eso fuera la panacea de la deficiencia que confrontamos. Todo indica, que seguimos con los mismos vicios del viejo PRD, por eso es el refrán que reza: “Loro viejo no aprende hablar”. Fin de la cita.
Es una gran tragedia que a pesar del desorden, en todos los sentidos, del pasado proceso electoral los partidos de oposición no tengan una agenda en común de correcciones y mejoras para evitar que en el futuro ocurran todas las bellaquerías que todos sabemos que ocurrieron el pasado 15 de mayo.
Es increíble que aún no nos demos cuenta de que sencillamente aquí no hay condiciones para que ningún partido de oposición acuda a un proceso electoral y salga victorioso. ¡¡Por favor despertemos!!
El país necesita de una fuerza política que sea capaz de derrotar al PLD. Pero no un «quítate tu, pa ponerme yo», sino una organización con capacidad para transformar las instituciones y convertir al Estado dominicano en una maquinaria de generación y distribución de riquezas esparcida en todo el territorio nacional.
Pero para lograr avanzar hacia un Estado con instituciones fuertes y verdaderamente democrático los partidos políticos deben de aprender a respetar sus propios estatutos y a respetar la democracia a lo interno, cosa que la mayoría no práctica.
Los partidos políticos dominicanos deben de dejar de ser propiedad exclusiva de una casta o pequeño grupo que es el que maneja la organización a su antojo. Deben de dejar, pero ya, el tema de estar eligiendo candidatos al dedillo y lo que es peor, negociando candidaturas como si fueran propiedades inmobiliarias.
Los partidos políticos en este bendito país deben renovar sus fosilizadas estructuras y realizar elecciones en todos los niveles como lo demandan su declaración de principios y estatutos.
La República Dominicana necesita, con carácter de urgencia, organizaciones políticas verdaderamente institucionales y democráticas! Si no logramos eso entonces seremos una generación de políticos fracasados.
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