Por Ricardo Bustos
Como todos sabemos, Su Santidad el Papa Francisco gusta rodearse de personajes, al menos un tanto dudosos a la hora de definirlos por sus legítimas actividades sociales y políticas, por ello no son pocos los que han opinado que «esta gente no los representa».
Hace poco el Presidente de los Argentinos se reunió en el Vaticano con Francisco para tratar temas relacionados a los dos Estados (?) y casi la misma semana, ingresó al despacho del Papa, un presidente que dista mucho de representar los ideales democráticos de América Latina como es el venezolano Nicolás Maduro.
A diferencia entre uno y otro, es que nuestro presidente regresó al país y continuó con su tarea, mientras que Maduro volvió con odio y violencia verbal hacia todos quienes piensan de manera diferente en su tierra.
Las casualidades en política no existen y la prueba evidente es el encuentro del Papa con el dirigente veterano Pino Solanas; el ex-canciller Kirchnerista, Jorge Taiana y el socialista Rubén Giustiniani y por supuesto, el titular de «Bien Común» y La Alameda, amigo, vocero, representante y opinólogo del Papa Gustavo Vera.
A su Santidad muchos lo critican y otros tratan de ignorarlo para no pecar, pero existe una realidad que ya no se puede ocultar. Su Santidad está protagonizando actos que a muchos argentinos no agradan, como por ejemplo la ingerencia en asuntos político-partidarios de Argentina. Ya nos dio pruebas suficientes con su apoyo a la gestión de Cristina Kirchner sabiendo que mucho antes de ser Papa, teníamos millones de pobres y nada se hacía para cambiar el destino de esos ciudadanos.
Se reúne con el presidente Correa de Ecuador y lo felicita por su gestión, cuando todos conocen el estado calamitoso en el que se encuentra el país hermano y prueba de ello es la enorme cantidad de ecuatorianos que han tenido que buscar un destino mejor en el resto del mundo, sumado a ello, la mordaza a la que somete a la prensa del país habiendo recibido denuncias internacionales como ocurre en Venezuela o Bolivia.
Lo cierto es que para confirmar nuestras sospechas, el Legislador Gustavo vera, está estudiando armar un frente con el kirchnerismo contra el jefe de gobierno porteño Rodriguez Larreta y el embajador en EEUU Lousteau con proyección hacia las elecciones de 2017. Para cumplir ese objetivo, está trabajando con los nombrados Pino Solanas, Giustiniani y Jorge Taiana entre otros kirchneristas a los que llama del ala blanda y sin manchas judiciales (?).
Aunque usted no lo crea Su Santidad, soy católico, tomé la primera comunión en la Basílica de Luján, la segunda en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús en la Ciudad de La Plata y estudié en el mismo Colegio con maestros sacerdotes, de quienes guardo el mas entrañable recuerdo por el afecto y disciplina que me dieron, pero ello no significa que pueda elevar una crítica al ver y escuchar lo que está sucediendo en su entorno, con gente descartable para una sociedad que quiere mirar para adelante y por una vez en la vida poner freno a esa marcha atrás a la que nos han llevado como país.
Usted sabe que la Centro-izquierda o centro-derecha son inventos para acumular poder y la verdad es una sola. En el mundo la política es de derecha o izquierda y usted ya debería blanquear algo que a la mayoría de los miembros del Vaticano les causa cierta cosquilla en el estómago pero lo reconocen como lo están observando la mayoría de los Obispos de América y en especial de Argentina. La cuenta es clara: dos mas dos es cuatro y su gente es de izquierda, algo normal si se lo reconoce políticamente en un país como el nuestro que gracias a Dios vive en DEMOCRACIA, pero el mismo derecho debe reconocer para lo que muchos de sus interlocutores llaman la DERECHA en tono despectivo.
Nadie es dueño de la verdad pero si de sus pensamientos y no debería ser pecado pensar de manera diferente. A los argentinos poco nos importa con que mano gobiernan los políticos y mucho de que manera lo hacen, el resto es solo conventillo para atraer indefensos intelectuales que son «arreados» como ganado para conseguir votos a la hora de postularse porque al final del camino, todos son socios en las ganancias y el pueblo se queda con las pérdidas.
De algo estoy seguro y es que la religión, no debe estar al servicio de la política y mucho menos si fuera lo opuesto.
Sepa que los argentinos estamos orgullosos de tener un Papa que es reconocido en todo el planeta por su tarea de conciliación con los pueblos de diferentes pensamientos, por ello es que también nos gustaría estar de la misma manera si pone la misma voluntad con nosotros, alejándose de las internas políticas e ideológicas para dejar que de una vez por todas los pobres dejen de serlo y los que tienen trabajo no lo pierdan.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556