MI VOZ ESCRITA, Por Jorge Herrera
Cuando un hombre tiene dignidad, sobre todo si también es el presidente de un país que se precia de ser parte de la órbita del sistema democrático actúa de cara al sol en lugar de pretender que el calor de sus rayos no lo toque; a sabiendas de que eso es poco menos que imposible.
¿Podría ser esa la encrucijada en que se encuentra quien según muchos ostenta la primera magistratura del Estado de manera ilegítima?
¡Parece que sí! Nadie con la soga al cuello y sin asidero alguno se atreve a creerse el “non plus ultra” de la praxis; “el papaupa de la matica” en buen dominicano.
Sin embargo, la capacidad para manejar la información de forma mediática es algo consustancial al temperamento calculador de Danilo. Es ilustrativo recordar que en la vida pública de ese señor hay un accidentado prontuario de actitudes que hasta Balaguer se hubiera sonrojado.
“El que coincide con el contrario tiene que revisarse”, reza una de las divisas conceptuales del credo marxista-leninista. Mas ese no es el caso de quien esto escribe. Combatí, combato y combatiré lo que representó, representa y representará para esta patria el criterio ultra conservador del ilustrado dictador de Navarrete.
Pero eso no quiere decir que por mezquindad a ultranza, no reconozca alguna virtud en quien sus hechos tildan de vil y perverso. No obstante, lo que está sobre el tapete es cómo sale Danilo de este berenjenal habida cuenta lo ocurrido en los otros países involucrados en el macro-escándalo de sobornos de la constructora brasileira Odebrecht.
Pensé que sólo si lo cuidara un Santo. Pero ahora recuerdo que hasta a los curtidos en la Fe y con méritos incuestionables, la santidad le sacó los pies…