Por Eddy Pereyra Ariza
Debido a la crisis económica mundial que arreció en el 2008, algunos países e instituciones de Europa y de otras partes, han hecho recortes en sus presupuestos de la ayuda oficial al desarrollo y de la cooperación internacional.
El Ingeniero Antonio Vargas, Ordenador Nacional para los Fondos Europeos de Desarrollo, reveló que la Unión Europea, ha reducido en más de un 70 por ciento los fondos de cooperación que ese organismo destinaba a la República Dominicana, debido a que junto a otros organismos internacionales consideran que somos una nación de renta media.
Vargas, con voz de logro y preocupación, sabe que aunque hemos alcanzado crecimiento económico, vivimos una enorme desigualdad. Formamos parte de un concierto de 110 países, que a pesar de tener la clasificación de ingresos medios, no han logrado un pleno ejercicio de los derechos humanos, orientados a la inclusión y la justicia social.
Más de 51 millones de personas han salido de la pobreza en América Latina. Sin duda que de esos tenemos una cuota. Pero la desigualdad es un tema pendiente. América sigue siendo el continente más desigual del mundo.
El nivel de ingreso per cápita constituye el principal criterio utilizado para asignar los recursos financieros de cooperación para el desarrollo. La conjunción de este criterio con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que han dominado la agenda de cooperación a partir del nuevo siglo, se ha traducido-como bien dijo Vargas- “en una canalización de los recursos hacia países de menores ingresos, en detrimento de los países de renta media”.
En efecto, en el caso de América Latina y el Caribe, región predominantemente de renta media, se observa un descenso en términos relativos, de la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD). En parte es debido a que los 34 grandes donantes ricos deciden concentrar los recursos de cooperación al combate de la pobreza y en sus efectos privilegian a los lugares de menores ingresos. De igual, a los conflictos armados internos y de frontera –en particular países de África, Asia y Medio Oriente, pese a que más del 70% de la población mundial en condiciones de pobreza vive en países de renta media.
España junto a Estados Unidos, son los Estados que dan mayor cantidad de ayuda financiera a la República Dominicana. Pero según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico -ODCE, el país que más recorte hizo fue España; está en el puesto 26 de 28. En el período 2012-2016, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID) menguó en su presupuesto de cooperación un total de 643 millones de euros, lo que en términos porcentuales significa un 73.5% menos de recursos. Una de las causas de ese desajuste es que no hubo condonaciones de deudas a países pobres y que computan como ayuda. Otro gasto es el de acogida a refugiados, pero España decidió acoger pocos.
También el informe de la OCDE señala que el renglón de la Ayuda Oficial al Desarrollo-AOD- de España, aportada por las comunidades autónomas y los entes locales, se ha visto reducida a más de un 12%, lo que significa 24,3 millones de euros menos.
Para determinar vulnerabilidades en países de renta media, sería importante establecer un diálogo político con los donantes en varios niveles, gestionar que sean examinados otros indicadores, además del ingreso, y así diagnosticar si el país cumple los criterios de seguir o ser incluido en la lista de receptores de solidaridad.
Disminuir la ayuda a países graduados de renta media como nosotros, es como si a un vehículo le echen gasolina para que encienda y no la suficiente como para que pueda llegar a su destino.
Pero en materia de manejo de cooperación hay otros factores. Hacen varios años, Canadá excluyó a la República Dominicana de sus prioridades de ayuda, debido a que el país no presentó propuestas para acceder a esos fondos. Somos, por no tener una política de cooperación dirigida a captar recursos no reembolsables, el país de América Latina que menos ayuda al desarrollo recibe, apenas un 0.4%.
Logramos mantener un considerable aporte de la Unión Europea, porque el país a través de la gobernación que gestiona esos fondos, ha hecho de la eficacia de la ayuda al desarrollo, una prioridad.
Hoy ningún país o institución puede desarrollarse sin ser receptor y oferente de la cooperación internacional. Pensar las palabras del ingeniero Vargas, Ordenador de los Fondos Europeos, y gerente de la Dirección General de Cooperación Multinacional (Digecoom) es para interpretarla como una ventana de oportunidad, llamada activar el sentido de la previsión y también de la acción del país en materia de captación de recursos técnicos y financieros, a fin de fortalecer las políticas públicas, las ONGs y la sociedad civil, por medio de prácticas que incluyan la creación de una “Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo”.