Por María Celsa Rodríguez
Nos sorprende escuchar que algunos docentes en el interior del país, en las provincias del Nordeste argentino, un 50% no saben usar la computadora ni abrir una cuenta de correo. Otros solo lo usan para estar en contacto con sus amigos de facebook. Pero no lo usan para capacitarse a través de los múltiples cursos gratis que hay en la red. ¿Porqué? porque no les dan puntaje, y al no tener puntaje, no pueden ganar más. Lo que nos indica que ellos solo priorizan el salario sobre la educación. Tampoco conocen la existencias de múltiples bibliotecas virtuales especializadas en un sin fin de materias y se quejan de no tener dinero para comprarse textos para leer.
¡¡¡Cuanta limitación intelectual tienen nuestros docentes!!!!
Pero la formación docente como dice José Gimeno Sacristan, catedrático de la Universidad de Valencia en «¿Como se forma a un buen docente?», «hay que entenderla en un sentido amplio, no consiste simplemente en adquirir cursillos. Yo soy docente y no estoy yendo a ningún curso, pero me estoy perfeccionando en la medida en que estudio, leo y escribo lo que tengo que hacer, independientemente de si es domingo o estoy de vacaciones. Hablo de una actitud de permanente puesta al día, autónoma, inherente a tu forma de ser», piensa el catedrático.
Es decir es la propia actitud de perfeccionarse, de estar actualizado como un interés personal del docente que busca una eficiente calidad en su exposición frente al aula. Pero no todos tienen ese interés.
Hoy estamos ante una época de constante cambios, de desaprender para volver a aprender, donde la tecnología es el eje central del conocimiento, sin embargo tenemos docentes que aun no saben nada de informática. «Un docente hoy necesita ser un intelectual bien formado en uno o varios campos específicos del saber y debe contarlo de una manera interesante a un grupo de personas al que tiene que tratar de manera adecuada», como son los jóvenes, que saben mas de tecnologías que los docentes. Pero tampoco los docentes hacen nada por cambiar esto. Están mas preocupados de la cuestión salarial que de la educación en si. De ese modo lentamente su calidad va decreciendo hasta ser un mediocre que solo cumple días de clases por un salario, pero no para transmitir conocimiento.
Es difícil entender que algunos docentes aparte del reclamo salarial, también hagan paros en rechazo a tomar cursos de capacitación tecnológica. ¿Como pueden responder a las inquietudes de sus alumnos con esa falencia en su curriculum? Es un muro que los deja fuera de este siglo para quedarse detenido en un tipo de educación que ya no sirve. Entonces, ¿como despertamos el interés de esos docentes que se mantienen en su zona de confort y son orgullos ignorantes tecnológicos? Creo que el punto esta en que no hay vocación docente. Como dice Sacristán «Los docentes que no tienen una formación específica no sabe lo que necesita -su país- sobre relaciones internacionales, economía, política. ¿Cómo va a votar mañana a un partido X sin conocer esas cosas? La actual crisis mundial, desatada en los Estados Unidos, no se comprende sin saber cómo funcionan las hipotecas, los préstamos bancarios. Es muy compleja la realidad política, si la entendiéramos nos rebelaríamos más». Pero ellos se rebelan al conocimiento.
Por su parte piensa Patricia Silva, de la Universidad de Barcelona en «Nuevos retos de la Profesión Docente»: que las actividades que hoy se desarrollan: «tienen que ver principalmente con actividades periféricas que dejan de lado los aspectos centrales de la enseñanza. A lo anterior se suman situaciones conflictivas provocadas por posturas político sindicales, condiciones laborales que afectan el trabajo cotidiano, mecanismos de promoción laboral que siguen atendiendo principalmente a aspectos formales y a factores distintos del trabajo académico y de los resultados educativos». Es decir, la atención se focaliza en temas que sacan del orden de prioridades a la cuestión central.
Por lo que «hay que empezar a seleccionar a los docentes con alto nivel de calidad», que como agrega Silva «la experiencia nos indica que no basta disponer de recursos económicos en forma de estímulos o equipamiento material para garantizar que los docentes realicen mejor su trabajo. Consideramos que los esfuerzos deben enfocarse al trabajo académico, pedagógico y de investigación».
De esa manera la educación que reciban los alumnos sera de calidad.
Obviamente esto desatará la oposición de los sindicatos, que se declararan en guerra con lo único que saben hacer que son los PAROS, y son quienes destruyen la educación, mientras el resto son esclavos a su servicio y los alumnos, los convidados de piedra en esta historia.