Por: Claudio Acosta
Hay gente con la que uno no quisiera coincidir ni en un semáforo, pero en el caso que nos ocupa no hay de otra.
Por eso debo reconocer aquí que estoy completamente de acuerdo con el dirigente de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), Vinicio Castillo Semán (Vinicito), cuando afirma que el hecho de que el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) no haya repetido a ninguno de los anteriores miembros del Tribunal Superior Electoral (TSE) no debe verse como una derrota de la oposición, que llegó a describir como un salto al vacío su permanencia en ese tribunal, sino como un triunfo.
Se entiende, desde luego, la cautela conque han reaccionado otros dirigentes de partidos a la conformación del nuevo TSE, como se entiende también que coincidan al expresar que sus nuevos miembros deben ganarse, con su accionar, la confianza no solo de las organizaciones políticas sino de toda la sociedad, que tiene sobre ellos sus ojos y sus expectativas.
Y aunque mostraron sus objeciones y reparos contra algunos de los candidatos escogidos, a los que acusan de pertenecer al oficialista PLD, los legisladores miembros del CNM que estaban allí en representación del PRM están conscientes de que se dio un importante paso aunque no los dejaran llegar tan lejos como hubieran querido.
Pero el mérito no es solo suyo, pues no estarían celebrando ese triunfo sobre las intenciones del peledeísmo de seguir manteniendo el control de las Altas Cortes (los pasados miembros del TSE fueron llevados hasta la recta final de la escogencia como para ver si durante el proceso aparecía la oportunidad de colarlos) sin la presencia en las calles de la Marcha Verde, sin la presión social que representa ese despertar de la conciencia cívica de un sector importante de la sociedad dominicana dispuesto a movilizarse, al que no se ha querido provocar imponiendo jueces rechazados por su conocida y probada parcialidad en favor del Gobierno y el PLD.
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