Por Juan Tomás Valenzuela
Y trasladaron a Mofle,
mejor dicho a Palavé,
del pueblo de Juan Comprés,
antes de cobrar el doble.
Ese coronel tan noble
que fué comandante en Moca,
tenía armada una cogioca,
según dicen los mocanos,
y en todo metía la mano,
con la intención de hacer coca.
Cuando hacían una redada,
solo caían estudiantes,
sin embargo los maleantes
andaban como si nada.
La gente estaba cansada
de este indigno miliciano,
que maltrataba al mocano
cual si fuera un enemigo,
infiriéndole castigo
que rayaba en lo inhumano.
Recuerdo en Semana Santa,
que se parqueó en una esquina
y les pinchó las piscinas
al que no dió pa’las llantas.
La verdad que Moca aguanta,
porque esperar un decreto,
pa’salir de este sujeto
tan malo como Lilis,
y lo dejan ir así,
sin cobrarle su irrespeto.
A un pueblo tan maltratado
con crimen y corrupción,
le cambian la dotación
y ¡zas!, todo está arreglado.
-Nos tratan como tarados,
dijo Guanchy, el peregrino.
-No nos dejan más camino
que marchar contra el estado,
la impunidad, peculado,
corruptores y padrinos.
2 diciembre 2017