Por Ricardo Bustos
A pesar de haber nacido en la Provincia de Buenos Aires, amo el litoral, su gente, su música y tradiciones. Aquí aprendí a disfrutar de la galleta chicharrón, mate y cigarro. Cada canción es una vivencia…»Para agosto caña con ruda» en una estrofa de «taipero poriajhú», se pinta con el verde primaveral cada espacio de este inmenso y misterioso territorio que no tiene nacionalidad. Aquí se mezclan argentinos, paraguayos, brasileños, gringos, que llegaron de la vieja Europa y aprendieron las costumbres lugareñas. La tierra caliente en los veranos, el agua fresca de los arroyos y un contraste maravilloso entre su gente y el paisaje. El sapucay nace del pecho aunque la voz ya está gastada.
La música es garantía de respeto y continuidad de las tradiciones, las creencias aferran al habitante a la fe y se entrelazan la Virgen de Itatí con el Gauchito Gil, tributos que se rinden a lo largo de las rutas litoraleñas y homenajes cada año con manifestaciones populares donde miles de «promeseros» durante dos o tres días, participan de las largas caravanas que se forman en todos los caminos, con sol o lluvia, en caballo, a pie con sus carretas tiradas por bueyes.
Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Formosa, Santa Fé, unidos por el Paraná. Paraguay y Uruguay, para unir a los tres países, hablan casi el mismo idioma musical y sus costumbres son una foto «calcada» por el paso del tiempo. Hay herencia familiar en cada acto costumbrista.
Dentro de este paisaje imaginario, están las mujeres y hombres que con letras y música del lugar, han mantenido vivo el sentimiento de los pueblos y su identidad.
Muchos son los músicos que han traspasado las fronteras y sus nombres ya están en el bronce porque sus almas recorren cada noche las estrellas que iluminan a sus herederos terrenales.
Mérito de los Tarrago Ros padre e hijo, Ernesto Montiel, Transito Cocomarola, Ramona Galarza, Isaac Abitbol, Damasio Esquivel, Carlos Talavera y el Cuarteto Santa Ana, Los de Imaguaré, Los Hermanos Cuestas, Tito Perez, Crescencio Lezcano, Duo Cejas-Solis, Blas Martínez Riera, Paquito Aranda, Mario Millán Medina, Monchito Merlo, Los hermanitos Sena, Los hermanos Barrios, Chito Morales, Ramón Ayala, Osvaldo Sosa Cordero, Ramón Tito Aranda, Edgar Romero Maciel, Mario Millán Medina, Lucas Braulio Areco, Raúl Barboza y una lista tan rica en autores, músicos instrumentales y cantantes que nos llevaría un tiempo y espacio difícil de dimensionar.
De todos los exponentes, quizá el mas fiel representante del litoral romántico sea quien viajó ahora para encontrarse con los pioneros que le guardaron un lugar en el «allá ité» del cielo correntino desde su terruño en Itatí, donde su abuelo catalán era quien ejecutaba el piano y órgano en la Basílica de la Virgen Nuestra Señora de Itatí y llenó sus venas de música y sentimientos.
Gonzalo del Corazón de Jesús Roch, Pocho Roch» para todos. Autor de más de 2,000 versos y compositor de melodías, compartidas junto con los pioneros del chamamé, nos dejó un vacío enorme pero también la esperanza porque el chamamé es una de las pocas melodías que se hereda de los mayores con la magia de sus letras.
Lo vamos a extrañar mucho Don Pocho. Nos quedamos con sus letras y su música alimentando la historia y el presente y futuro del sentimiento litoraleño. Dios lo tenga en el lugar que merece y encuentre la luz.
«Pueblero de allá ité, «Taipero Poriahú», «Sinesio, el barrilero», «Valdez carpinchero», «Yo voy mariscando».
Allá a lo lejos seguirá su música recorriendo los senderos, nutriendo los espíritus de esa sabia literaria que sólo los grandes pueden entregar.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556