Por Ricardo Bustos
Para poder opinar, es necesario estar informado, buscando en todas las fuentes periodísticas posibles las raíces de los acontecimientos. Por esta manía de veterano de recorrer todos los santos días el país desde la computadora, puedo analizar en profundidad las verdaderas causas de los conflictos, de los cuales siempre la sociedad toma parte en una u otra dirección. En lo personal tengo muy claro que estamos en manos de agitadores pagos por no se quien, pero se encargan de desestabilizar a este o a cualquier gobierno que intente poner las cosas un poco en orden.
El diario Río Negro, recoge información sobre los hechos que tienen a mal traer a una gran región del sur argentino, provocados por organizaciones guerrilleras que responden al nombre de RAM (Resistencia Ancestral Mapuche) y cuya cara visible es el detenido Jones Huala, quien en unos días será llevado a juicio por la extradición que está pidiendo sobre su persona la República de Chile, ya que en el país trasandino, pesan sobre Él, acusaciones muy graves sobre incendios y muerte de propietarios, destrucción de cientos de camiones y ómnibus, atentados contra Comisarías o instituciones del Estado Chileno, usurpación de tierras con métodos violentos y una lista interminable de delitos que se agregarán al juicio en ese país una vez que sea extraditado.
Lo que llama la atención, es la demora de la justicia Argentina en hacer cumplir esa orden pedida por Chile y lo dilatado del proceso para que ello ocurra. Los dos jueces que han intervenido en los delitos cometidos en Argentina, han estado mas del lado de los guerrilleros mapuches que de la sociedad en su conjunto y como prueba basta haber visto los casos de Santiago Maldonado y el muchacho Rafael Nahuel en Villa Mascardi, propiedad del Estado Nacional, pues se trata de una reserva natural de Parques Nacionales. Para aquellos que militan en la ideología de la violencia, este relato quizá les aclare un poco las ideas.
Con la pluma de Mariana Fernández, el Diario Río Negro de General Roca, publica este 17 de diciembre de 2017 una nota que pone mucha claridad a las dudas que algunos tienen sobre el accionar de algunos mapuches.
«Cuando los mapuches echaron a los Jones Huala de La Angostura»
Provenientes de Bariloche, Facundo Jones Huala, su hermano y otros dos jóvenes desembarcaron en Villa La Angostura en 2009, cuando el desalojo de la comunidad Paisil Antriao era inminente y estaba en plena resistencia. La comunidad local había pedido ayuda a otras de la zona.
Al principio, los Paisil Antriao y su lonko, Ernesto Antriao, agradecieron el apoyo y los acobijaron. Pero aseguran que cuando el nivel de violencia creció y vieron que la intención era traer más gente de Bariloche para ocupar tierras, la comunidad y la Confederación Mapuche Neuquina tomaron distancia. El grupo firmaba por momentos como “Resistencia Ancestral Mapuche de comunidades autónomas y conflicto”, más adelante también lo haría como Comunidad Paisil Autónoma, una denominación con la que buscaron diferenciarse de la otra comunidad vigente.
El atentado que nadie creyó
Entre el abanico de hechos, la autodenominada RAM se adjudicó el incendio de la Municipalidad a mediados del 2009. Sin embargo, curiosamente, ni en aquel momento ni ahora las autoridades y la Justicia creyeron que habían sido ellos. “Hubo varios incendios que se adjudicaron. Jones Huala estuvo en la toma de una hostería en construcción, pero del incendio de la Municipalidad no manejamos información de que hubieran sido ellos. Cuando hicimos la pericia de Bomberos y la aseguradora surigió que el incendio había sido provocado por un cortocircuito”, recordó a “Río Negro” David Tressens Ripoll, ex secretario de Seguridad del Municipio en aquella época.
Consultado sobre si hubo temor ante la escalada de violencia, Tressens, apuntó que “temor no teníamos, sabíamos que era gente que venía de otros lugares para usurpar. Pero era solamente un grupo que se aprovechaba del concepto de comunidad abierta que tenía la comunidad Paisil Antriao, en verdad nunca fue considerado como un movimiento importante…”.
Recuerdos de un testigo
Juan Ramón Castillo, vivía con su familia en una de las tres precarias casas que la justicia desalojó en el lote del norteamericano William Fisher, a fines del 2009. Oriundo de San Martín, llegó a la localidad hace 15 años y desde hace 12 es miembro de la comunidad Paisil Antriao. Recuerda con lujo de detalles cómo se sucedieron los acontecimientos de aquella época.“Jones Huala, llegó en un momento cuando estábamos en lo de Fisher y se corría el rumor del desalojo. Algunos miembros de la comunidad de Bariloche, acudieron para ayudarnos a resguardar el lugar, era una familia de Bariloche, que venía a ayudarnos. Así llegan ellos a la comunidad, los dos Jones Huala”, relata.
Castillo, asegura que principalmente los Jones Huala, los asesoraban: “nos decían que no tuviéramos miedo, que había que estar preparados y enfrentar las fuerzas especiales. Prepararnos con bombas molotov, gomeras de revoleo. Demostraban una actitud muy violenta, su manera de ser. Armaban una molotov y decía que había que tirársela a los cuerpos de los policías, como queriendo que se prendieran fuego”. Cuenta que el pequeño grupo de jóvenes no dormía a la noche, sino que se dedicaba a recorrer la montaña y dormía en el día.
“Nos llamaba la atención porque Facundo, caminaba toda la noche descalzo y se encargaba de asustar al casero de Fisher. Iba a pata por el monte. Era un tipo muy raro, hablabas con él y era muy buena persona, pero a la hora de enfrentar no le importaba derramar sangre”, agrega.
Según el vecino, el grupo de Huala, armó casitas precarias en el terreno de una familia antigua pobladora de la localidad, en una cortada que solían utilizar todos, y “amedrentaban a la gente de la comunidad”.
“Empezaron a hacer violencia hacia adentro, quemaron la casa de una familia de la comunidad y quisieron culpar a la misma comunidad, estaban generando un conflicto, querían separarnos y acarrear para su rebaño”, sostiene Castillo. En comunicados de esa época, el grupo manifestaba sus diferencias con la dirigencia mapuche local como con la Confederación Mapuche Neuquina, a quienes señaló como “traidores” y funcionales al “Estado represor”.
Vía libre a la policía
El hombre recuerda que en un Trabún (reunión o encuentro de la comunidad mapuche) se tomó la decisión de sacarlos. “El lonko, habló con el comisario y se le dijo que la comunidad dejaba el camino libre para sacarlos, que la comunidad no iba a defender a los Huala, si la policía los iba a detener”. El mismo lonko, había salido a cuestionar y desvincularse del violento grupo.
En ese contexto, un día Jones Huala, fue detenido cuando intentaba amenazar al casero del lote de Fisher. “Empezó a tener miedo porque la policía se le estaba viniendo encima. El lonko le dijo, ‘se van por las buenas o por las malas’. Le dijo a la madre de Jones Huala, ‘te lo vas a tener que llevar porque la policía te lo va a terminar matando’. Y se fueron”, detalla Castillo.
Luego las visitas de Jones Huala, fueron esporádicas, cada 15 días. “Ellos tenían y tienen amigos dentro de la comunidad”, asegura Castillo. Y apunta que hace poco, uno de los involucrados en la toma de las tierras en el lago de Villa Mascardi, donde mataron al joven mapuche, estuvo en la comunidad buscando yuyos para remedios. “Pero la misma comunidad los echó, no son personas gratas”, sentenció.
Amandina Gutiérrez, ex inan lonko de la Comunidad Paisil Antriao, fue testigo de algunos enfrentamientos en los que participó Jones Huala. Cuando fue detenido en Chile en 2013, en aquella oportunidad la inan lonko contó a “Río Negro”: “Nosotros no tenemos vinculación, ellos se denominan autónomos, son mapuches rurales, no tienen territorio. Estuvieron acá pero la comunidad los rechazó por la forma de lucha que tienen. No responden a ninguna organización, ellos actúan por sí mismos, por eso se llaman independientes”.
Respecto de Facundo, recordó que había participado encapuchado en algunos de los enfrentamientos y que “estaba arengando todo el tiempo, tenía una forma de hablar muy soberbia e incluso nos amenazó y no tuvimos más contacto”, agregó la mujer.
El quiebre comenzó con la escalada de violencia y cuando los Jones Huala, quisieron traer gente de Bariloche, para instalarse en tierras en conflicto. En un Trabún (encuentro mapuche) se tomó la decisión de sacarlos. El lonko habló con el comisario y le dijo que la comunidad no los iba a defender.
La familia que se mudó después de la molotov
Eran las 4 de la mañana del domingo 16 de enero de 2011, cuando el matrimonio, que intentaba dormir a su pequeño bebé, escuchó gritos en el patio y vio cómo un grupo de jóvenes (entre 4 y 5 personas) arrojaban artefactos incendiarios y piedras a su casa. Gritaban frases en mapudungun y tiraron dos objetos tipo bombas molotov, de los cuales uno prendió una tabla. El hombre llegó a apagar el fuego y el incidente no pasó a mayores.
El incendio fue en una vivienda ubicada en la calle Traful, en el barrio Epulafquen, al pie de las tierras que durante meses fueron escenario de enfrentamientos. En aquella oportunidad la RAM también se adjudicó el hecho, pero aclaró que el acto sólo había sido contra la propiedad, “no contra la vida de personas”.
Sin embargo, la hipótesis de la justicia, que oficialmente nadie quiso reconocer, es que el grupo había querido atentar contra una funcionaria de la secretaria penal que vivía al lado en una casa similar y que tenía un auto muy parecido. Luego, esa familia decidió irse de Villa La Angostura.
13 hechos violentos
Entre 2009-2011 este grupo liderado por Jones Huala, habría protagonizado al menos 13 actos violentos, entre ellos 8 incendios e intentos de incendios de casillas en el lote de un propietario, el quincho donde funcionaba el Canopy y arrojar dos molotov contra una casa cuando una pareja y su pequeño hijo estaban adentro. Se enfrentaron con la policía en el acceso al Belvedere, apedrearon un auto y en 2010 usurparon una hostería en construcción. Facundo Jones Huala, estuvo imputado en tres causas por daño, uno de ellos, agravado vinculado el incendio de la vivienda en el barrio Epulafquen. Por falta de pruebas que acrediten su presencia en todos los hechos, las causas fueron archivadas.
«Es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas». Mariano José de Larra (1809-1837) Escritor español.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556