Por Juan Tomás Valenzuela
De una forma inteligente,
las bocinas del estado
prácticamente han aislado
a Odebrecht y su expediente.
Cuando estaba más caliente
lo de la planta a carbón,
trajeron la distracción
del tema de Quirinito
y entonces bien calladito,
salieron Temo y Rondón.
Primero fue con La Soga,
el sicario policial,
que intentaron desvirtuar
el tema que estaba en boga.
A Yuniol, con todo y toga
lo echaron por un arroyo,
después salió lo del tollo
de Roberto y sus aparatos
lo del CEA, Lava Jato
y la exportación de pollos.
Vino un loco de Inglaterra
chapiando a una chapiadora,
suspendieron a la Tora
y por poquito la encierran.
Se armó un rebú con las tierras
del barrio de los mameyes,
en el CEA, hasta los bueyes
los vendieron por solares,
y dos jueces titulares
se enlián con sus mismas leyes.
Pa’ poner la tapa al pomo,
llegó un mesías nigeriano
y con la biblia en la mano,
nos cogió a tó de palomos.
Acribillaron a plomo
al hijo de un general
y nos vuelven a embobar
con la chercha de un fulano,
que al ser nieto de un tirano,
cree que puede gobernar.
Se dice que al pueblo inculto
le llega el rey que merece,
y en esta finca de reses
ser honesto es un insulto.
Traer a un Trujillo a hacer bulto,
es una provocación,
mientras Diandino y Rondón
disfrutan nuestro dinero
y entramos al mes de enero
plagados de corrupción.
4 enero 2018