Por Claudio Acosta
No respondió nada.- Entonces no se trata de una campaña sucia promovida por Hipólito Mejía, como denunciaron diputados que se definieron como seguidores del expresidente Leonel Fernández, ni tampoco de una trama perversa alentada por los funcionarios reeleccionistas aposentados en el Palacio Nacional, como se ocuparon de propalar bien pagadas bocinas al servicio del peledeísmo.
También quedó con la cara larga el aliado que atribuyó la espectacular reaparición del condenado narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo a una alianza perversa de los adversarios políticos de Fernández, la sociedad civil y algunos medios de comunicación, como una respuesta –dice– al hecho de que el presidente del PLD aparece como favorito en todas las encuestas para regresar al poder en las elecciones del 2016.
Y es que según el expresidente Fernández, a quien el hombre que se identifica como Paulino Castillo afirma haber entregado maletines llenos de dinero durante cuatro años, todo este alboroto lo ha provocado el «narcotráfico transnacional» resentido por la firmeza conque lo combatió, por lo que se siente orgulloso y satisfecho.
Se trata de un enemigo invisible, innominado, que tanto puede estar en todas partes como en ninguna, lo que tal vez explique que al responder a su acusador Fernández no le respondió a nadie, ni aclaró uno solo de los comprometedores señalamientos que hizo el condenado narcotraficante. Hay que reconocer que fue una jugada ingeniosa, típica de un político que rehuye todo tipo de confrontación, pero cuyo único propósito fue salir del paso.
Desde luego, esa respuesta tan evasiva como escueta dejó las cosas como estaban, y a mucha gente preguntándose si Quirino, bajo custodia de las autoridades norteamericanas a través del Programa de Protección de Testigos, tiene tanta libertad de acción y movimiento que puede aliarse, en las narices mismas de sus carceleros, al «narcotráfico transnacional» para perpetrar su venganza .