Por Juan Tomás Valenzuela
Buá provechar la bonanza
de que hablan estos jureles,
para hacerle los papeles
a una rubita de Francia.
Esto ya es otra fragancia
desde que llegó Danilo.
El hombre tiene un estilo
para hipnotizar incautos,
que ya yo me siente exhausto
de este país tan tranquilo.
Me dicen que las francesas,
las de Suiza y españolas,
se están embarcando en yola
para ver esta belleza.
Ni las Guayana francesa,
ni Rusia, ni El Vaticano,
son países tan bacanos
como describió Medina,
a esta especie de letrina
que es el suelo quisqueyano.
Una comisión de expertos
llegó de Estados Unidos
a consultar al ungido
y quedaron boquiabiertos.
Al llegar al aeropuerto
el grupo de norteamericanos,
notaron el trato humano
que le dan al equipaje,
diferente al tigueraje
que hay en Dubai y en Milano.
Al extranjero que viene
de una vez le dán seguro
y también, sin mucho apuro,
le quitan tó lo que tiene.
Aquí le ofrecemos trenes,
Motoconcho y teleférico,
tranporte urbano genérico
con Hubiere y con Cambita
y si va para Alta Vista,
tenemos vuelo atmosférico.
La seguridad social
es un modelo a seguir,
según dijo ese faquir
en su discurso central.
Ni en la europa medieval,
ni en los caminos de Viena
se siente confianza plena
como aquí con el ungido,
ya que somos bendecidos
con sus cantos de sirena.
No hay un país en el mundo
que exhiba mayor progreso,
porque es que nadie sabe de eso,
como este ser tan profundo.
Somos ejemplo en el mundo
de justicia y tranparencia,
si aquí tu ves delincuencia,
es tan solo percepción
por eso, la reelección,
la piden con aquiescencia.
El paraíso prometido
no es la tierra de Canaán,
es el valle de San Juan,
de donde viene el ungido.
Por eso un grupo e’ bandidos
quiere explotar sus tesoros,
sin pensá en el deterioro
de esas tierras bendecidas.
!No a la minería suicida!
¡El agua es mejor que el oro!
1 marzo 2018