Por Juan Tomás Valenzuela
Los descendientes de Goya
de la provincia San Pedro
van a imponer el desmedro
de prohibir a los Guloyas.
Un pueblito que está en olla,
que su única entretención
es entonar la canción
que lo vuelve a sus raíces
y marcarle directrices
es un vulgar papelón.
El alcalde de San Pedro
quiere prohibir el gagá
porque su ritmo no está
al nivel de Matin Fierro.
Condenadas la destierro,
estas artes africanas,
consideradas paganas
por Antonio Echavarría,
la piensan cambiar hoy día
por música norteamericana.
Los mismos salta pa’tras
que celebran Halloween
hoy quieren ponerle fín
a la cultura gagá.
A dónde vamo a llegá
si continúa esta locura.
Mutilar una cultura
que es parte de nuestra historia,
es una acción ilusoria
de negar nuestra negrura.
“A pedir su mano viene”,
la canción de Juan Luis Guerra,
ya no se oirá en estas tierras,
por las letras que contiene.
No permitamos que alienen
lo que es ya costumbre vieja,
si no elevamos la queja
con gallardía y con decoro,
nos van a quitar con cloro
el negro tras de la oreja.
23 marzo 2018