Por María Celsa Rodríguez
Si recorremos el país no hay un rincón donde no falte una imagen de Santiago Maldonado. No hay viejo, joven o adolescente que no conozca la historia de aquel hippie piquetero. Pero si preguntamos quien es Oscar Ismael Poltronieri, nadie lo conoce. Es así como la gente se resiste a dar valor a sus héroes.
Oscar recibió «La Cruz de la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate», que es la máxima condecoración que da la Nación Argentina. Y «los soldados y oficiales veteranos ingleses» consideraron su valor, admiración y respeto condecorándole en Inglaterra, con la «Cruz de Hierro al Valor».
Aquel día el frío calaba los huesos, y los británicos avanzaban en la oscuridad entre bombas y balas para tomar Monte Dos Hermanas, su amigo cae junto a él muerto. Del lado argentino, al paso de las horas, hay más caídos. La orden es replegarse pero Oscar, se mordía de rabia y se fortalecía de valor. Pensó que retroceder sería caer bajo fuego enemigo. Alguien debía tomar la posta y resistir para salvar al resto. Y se quedó a cubrirlos con su ametralladora MAG. Apuntó desde su trinchera y durante casi 10 horas disparó sin parar resistiendo el avance inglés.
Un solo hombre frente al enemigo.
“Disparaba y me replegaba, y volvía a disparar. Tiré desde el cerro Dos Hermanas, desde el monte Longdon y monte Tumbledown. Los ingleses nunca supieron que era uno sólo”.
Él salvó a más de 100 soldados.
Pero las maestras, profesores o alumnos ¿saben de él? De este valiente soldado que casi no sabía leer y escribir.
Nació en el campo en la Estancia «Santa Catalina» de Mercedes (provincia de Buenos Aires), y un día, en Malvinas, se puso la placa de héroe.
Cuando regresaron al continente les dijeron que guardaran silencio acerca de lo que había pasado en la guerra, no debían dar explicaciones. Los convirtieron en anónimos, quisieron borrar sus historias.
Oscar, quiso suicidarse, se sintió olvidado, rechazado por la sociedad. Ser veterano de la Guerra de Malvinas, era una pesada mochila que cargar. Comenzaba la otra guerra, subsistir. Nadie les daba trabajo, los ignoraban, los calificaban de que no estaban psicológica-mente bien.
Perder la guerra era un Karma. Quizás fueron soldados entrenados para la derrota, pero el heroísmo hizo guerreros como Oscar. Sabemos que el enemigo era más fuerte. Y sigue siendo cada vez más fuerte.
Hoy Malvinas, está protegida por un escudo anti-misiles con una guarnición militar que centralizada en Mount Pleasant, cuenta con personal especializado de más de mil personas que conforma una tropas de élite, de los 2000 soldados que hay en las Islas. Y una moderna red de vigilancia e inteligencia, a través de un sistema de control digital en diferentes puntos del archipiélago, y con todo un arsenal por aire, por tierra y mar.
Y allí en medio de eso están aquellos que la custodian desde el cielo… los héroes silenciosos, que como Oscar, nos recuerda que una vez la celeste y blanca flameó en las islas.