Por Juan Tomás Valenzuela
El presidente Medina
y su secuáz Miguel Vargas,
se repartieron la carga
del “Compromiso de Lima”.
Engancháo en la tarima
de la Cumbre de Perú,
El canciller Trucutú,
en un discurso risible
habló de “esfuerzos tangibles
contra el dolo”… ¡Que pechú!.
El presidente Medina
hablando de minería,
se expresó con ironía
allá en la cumbre de Lima.
Quiso decir que las minas,
si se explotan con cordura,
sería una forma segura
de generar buenos fondos
como Barrick y Falcondo
en toda su envergadura.
Miguel, habló de pobreza,
de gobernabilidad,
de corrupción, de equidad,
claro está, con sutileza.
No quiso hablar de Duquesa,
la venta de Los Tres Brazos,
como, de golpe y porrazo,
con toda la gente adentro,
se arrojaron al intento
de venderlo por pedazo.
Miguel no habló de un dinero
que le prestó BanReservas,
ni explicó como conserva
un partido chiripero,
junto a un grupo de cuatreros
que han convertido el erario,
en un banco solidario
donde sin ningún pudor,
se vende al mejor postor
a precio de fornicario.
Estos dos fueron a Lima
a decir que la pobreza
redujo su masa espesa
de manera paulatina.
Que ellos estan en la cima
en el renglón transparencia,
que han hecho las diligencia
pa’frenar la corrupción,
que Temístocles y Rondón
no marcan la diferencia.
13 abril 2018