Por María Celsa Rodríguez
Los CDR son los Comités de Defensa de la República (de Cataluña). Estas organizaciones con formas colegiadas pero estructuradas en pequeñas organizaciones que se concentran en ciertas localidades de provincias y barrios, instrumentan sus decisiones en asambleas donde la intención es lograr llevar a cabo la declaración de independencia de Cataluña, que fue aprobada por el Parlamento el pasado 27 de octubre de 2017. Los que saben, dicen que nacieron con el propósito firme de «defender el referéndum» en la víspera del 1 de octubre y hacerlo posible.
Comenzaron un trabajo en las redes sociales y por mensajes de mails de esa manera defendieron su posición. Se organizaron de tal forma que los colegios electorales permanezcan abiertos y ser prácticos escudos para defenderse y protegerlos de la represión policial que se había ordenado aquellos días.
¿Pero de donde copiaron esto? De Cuba. La noche del 28 se septiembre de 1960 luego del discurso de Fidel Castro, en que dispuso establecer «un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva», nacen los CDR. «Vamos a implantar, frente a las campañas de agresiones del imperialismo, un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria y que todo el mundo sepa quiénes y qué hace el que vive en la manzana… Porque si creen que van a poder enfrentarse con el pueblo ¡Tremendo chasco que se van a llevar! Porque le implantamos un comité de vigilancia revolucionaria en cada manzana…”, dijo Fidel, el 28/9/60, en el Acto de Constitución de los CDR …
«Se encuentra organizada por cuadras, zonas, municipios, provincias y nación, reúne en sus 133,000 núcleos a casi ocho millones de ciudadanos cubanos mayores de 14 años de edad, sin distinguir sexo, raza o religión».
En conclusión es un sistema de vigilancia y espionaje entre ciudadanos, donde amigos y parientes actúan de «policía» para informar al régimen lo que hace el otro.
Este sistema agrupa al 80% de la población cubana. Se controla desde lo que se come, hasta la bombilla de luz que compra para su casa, comunicando inmediatamente al «jefe» que depende del partido comunista para que así caiga la inspección al lugar. Si bien tienen hoy una función más comunitaria, ya que controlan las vacunaciones, donaciones de sangre, la limpieza del barrio, el control de drogas, la prostitución y los proxenetas. También controlan los comercios del barrio: que venden, a quienes venden y como venden.
En Venezuela, Chávez, lo instrumenta en 2001, siendo los Círculos Bolivarianos una copia de los CDR Cubanos, estos son financiados con las regalías del petróleo y de las mineras. Y lo hacen a través de gobernaciones y alcaldías. Constituye lo que se dice una «red de inteligencia», con el fin de denunciar cualquier plan de desestabilización al gobierno. Su método de trabajo es a través de los teléfonos, se mandan mensajes con la foto o el vídeo que muestre cualquier evento, diálogo, reunión sospechosa, y se lo envía al coordinador de cuadra, y este al coordinador comunal, este al Coordinador local de cada municipio y este a la Comisión Nacional del Poder Popular, quienes se lo entregan al Sebin, o al PNB y a la Guardia Nacional.
Tanto en Cuba, en Venezuela y en Cataluña son fuerzas de choque contra la oposición o contra quienes atenta contra sus objetivos e intereses.
En Cataluña, lo conforman agrupaciones de vecinos, organizaciones cívicas y culturales y partidos políticos de izquierda. Se estima que hay cerca de 400, no solo en Cataluña, también en el exterior: «Francia, Alemania, Canadá, Japón, Venezuela, Italia, Estados Unidos, Reino Unido, Bélgica, Dinamarca, México y Austria».
Poseen un coordinado dinamismo que lo centran en una capacidad de actuación a la hora de tomar protagonismo. Ya la Fiscalía de la Audiencia Nacional, ha instado acciones penales contra los CDR por los “actos vandálicos que ponen en peligro la paz pública, el orden constitucional y la esencia del sistema democrático”. Incluso ha librado orden de detención contra a algunos de sus líderes. Tal el caso de Tamara Carrasco, detenida en la «Operación Cadera» de la Guardia Civil, dirigida por el juez Diego de Egea.
Tamara, es fans del líder de Podemos, Pablo Iglesias, está acusada de terrorismo y rebelión, sin embargo el juez la dejó en libertad aun contra lo dispuesto por el fiscal quien había pedido prisión incondicional para la detenida, alegando los delitos de terrorismo que regula el artículo 573 del Código Penal- y de rebelión; bajando la gravedad de los delitos impuestos.
Por otro lado se habla de la orden de detención contra un sujeto de Llobregat, acusado de organizar «los cortes de carretera y la desactivación de los peajes de la AP-7», en vísperas de Semana Santa.
La fiscalía de la Audiencia Nacional, considera que los «autores y promotores de estos vandálicos actos» ponen «en peligro no solo la paz pública y el orden constitucional, sino la misma esencia del sistema democrático».
Los CDR son variopintos en su composición, en sus cualidades y en su forma de proceder aplicando la violencia pero sin embargo en su ejecutoriedad parece no tener límites. Han pasado las fronteras de Cataluña, ¿hasta dónde llegarán?
La micropolítica se desarrolla en estas organizaciones como espacios de presión con un mecanismo de estrategia que influye generando crisis sociales y políticas. Pero también busca un objetivo, como dijo Blase “La micropolítica se refiere al uso del poder formal e informal por los individuos y los grupos, a fin de alcanzar sus metas en las organizaciones».
La autora es: Directora de ChacoRealidades; www.chacorealidades.blogspot.com.ar; Analista del Circulo Acton Chile @CirculoActonChile