Por Juan Tomás Valenzuela
Viendo el informe completo
de la Cámara de Cuentas,
se puede entender la afrenta
a Yuniol de estos sujetos.
Una falta de respeto
en su máxima expresión,
un dosier de corrupción,
que expresa en forma cabal
como esta banda barrial
se obró fuera del cajón.
La gestión de Manuel Rivas,
según las autoridades,
tiene irregularidades
que rayan en lo abusiva.
Llevaban a la deriva
la institución del transporte.
Compras sin ningún soporte,
contratación de servicios,
gastos superfluos en vicios
y hasta viajes para el norte.
Desde el año 2012
hasta el 2017
se estaban dando un banquete,
según detalla el desglose.
Eso era un secreto a voces,
pues el mismo Juan Hubieres
denunció que los chóferes,
a más de los funcionarios,
erán un pool de sicarios
con excesivos poderes.
Cuando Hubieres, habló,
casi nadie le hizo caso,
lo acusaron de payaso
por el mal que reveló.
La denuncia se enfrió,
por más que lo dijo Hubieres.
surge el lío de los chóferes
por el que cayó Quevedo
y ni así le dieron credo
al barbú de los chóferes.
Yuniol, tuvo que morir
para que caigan los santos.
Ahora lamentamos tanto
lo que se pudo impedir.
Argenis, está al venir,
aunque, según su abogado,
solo va a ser acusado
de darle una bola al muerto,
desde la UASD, hasta el huerto
donde luego fue encontrado.
Mi pana, el procurador,
ya recibió el documento
que la cámara de cuentos
ha fabricado al vapor.
Pero dice este señor,
que va a someterlo a estudio
por un grupo de preludios
que va a ver si el documento
cumple los requerimientos
y si no…. le dán repudio.
17 abril 2018