Por María Celsa Rodríguez
Miguel Díaz Canel, es «elegido» el sucesor de Raúl Castro, por el 99,83% de los votos de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Este ilegítimo presidente,- ya que no fue elegido por el voto del pueblo cubano-, ha confirmado lo que suponíamos, que él encarna la continuidad de la Revolución castrista.
Más allá de algunas conjeturas reformistas que muchos analistas presuponían, lo cierto es que el verdadero poder seguirá en manos de Raúl hasta el 2021 y del Buró Político del Partido Comunista.
Pocos conocen al nuevo presidente, que no es de la generación que bajó de Sierra Maestra, sin embargo tampoco es un civil, como dicen, ya que fue oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas (FAR) precisamente en la Unidad Militar 3875, donde continuó hasta 1985.
Ya ha aclarado: «Aquí no hay espacio para los que aspiran a una restauración capitalista». Él es un discípulo de Castro y seguirá la senda diseñada por este. «La Revolución sigue y seguirá viva cambiando lo que tenga que ser cambiado», – dijo. Pero esos cambios no serán los que todos esperan ya que ha afirmado que la política exterior no será alterada.
Incluso el saludo militar que hizo Diaz Canél a su predecesor no llamó la atención, ya que son los militares quienes controlan muy significativamente la economía a través de GAESA, un centro de corrupción y poder.
Pero para entender esto debemos retroceder en el tiempo, cuando Fidel, diseñó la política de Cuba, priorizó lo ideológico e hizo oídos sordo a los economistas que le advirtieron que su plan económico sería un fracaso a la larga, ya que conduciría a la pobreza a la isla, y tuvo que sobrevivir gracias a la ayuda millonaria primero de la Unión Soviética, luego de Rusia, de China, del bloque socialista de Europa del Este, del petróleo de Venezuela y del narcotráfico de Colombia a través de las FARC.
En los 90 se crea el «Plan de Perfeccionamiento Empresarial», surgiendo emporios hoteleros que atrajo el turismo lo que se llamó Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), «encabezados por la corporación de turismo y comercio Gaviota S.A», pulseando en competencia «con las corporaciones estatales Cubanacán S.A y CIMEX, ambas bajo el control de Fidel Castro».
Se dice que «GAESA absorbió casi la totalidad de las empresas y gestiones financieras de CIMEX» y se convirtió en un gran oligopolio de negocios, que pertenece al Ejército siendo un secreto de Estado. Tiene todo el aparato financiero bajo su control como el manejo de las tarjetas Visa y Mastercard para los turistas, e incluso las remesas.
En el libro «Sin Fidel» de Ann Louise Bardach, dice que «después de 1989 tras un escándalo en el Ministerio del Interior y la destitución de varios altos oficiales, los Castro, extirparon con todo cuidado a sospechosos de ser disidentes dentro del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarios (MINFAR), que es el titan que maneja las FAR o el Ejercito».
Para la época de la salida soviética de Cuba, en 1990, Raúl había solidificado y ampliado la base de su poder. Y los que es más importante, logró que el Ministerio del Interior (MININT)sobre el cual se consideraba que se había vuelto tramposo y corrupto durante los 80 años, rindiendo cuentas directa a él. La limpieza del MININT culminó con el nombramiento del Gral Abelardo Colomé Ibarra, amigo y aliado de confianza de Raúl, como su jefe… a la vez que apuntó al papel de las FAR como el Órgano central y el tomador de las decisiones del gobierno. Para el 2000 todas las filas de comandantes de las FAR , primera, segundas y terceras, se comprometieron a ser «raulistas». A los vacilantes y disidentes se los retiró del ejército o se les hizo a un lado, quienes quedaron al mando permanecen bien posicionados y dispuestos a usar la fuerza, de ser necesario.
El «ejército de Raúl» controla[ba] el 60% de la economía cubana según un análisis que realizaron economistas de la Universidad del Internacional de Florida.
Las compañías filiares de la FAR como GAESA (Grupo de Administración Empresarial) y su Subsidiaria GAVIOTA son las protagonistas principales en el siempre próspero negocio del turismo en Cuba».
El caso Odebrecht toca a GAESA, -que ahora ya controla el 80% de la economía cubana-, donde mantiene en secreto el destino del dinero. Por ello, el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias -MINFAR- entra en la lista de los sospechosos del Lava Jato.
La modernización del puerto de Mariel, en que se construiría la Zona Especial del Desarrollo, involucró a GADESA con una inversión de más de 1,000 millones de dólares. Esto evidencia que aparte de la industria militar que comprende la indumentaria y materiales bélicos y militares; GADESA controla toda las cadenas de hoteles y monopoliza la red de tiendas minoristas TRD (Tiendas Recaudadoras de Divisa), que desde marzo se denominan Tiendas Caribe con más de 1920 puntos de venta en comercios minoristas en todo el país.
También tienen las propiedades de las empresas navieras y aéreas, de construcción, concesionarias de autos y barcos, inmobiliarias, bancos, empresas exportadoras e importadoras, el tráfico de contenedores y grandes almacenes portuarios. O sea toda la economía de la isla sin ningún conocimiento del pueblo cubano está en manos del control y poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Cubanas.
Díaz Canel dijo «juramos defender esta revolución socialista, de los humildes por los humildes y para los humildes (sic), que la generación histórica construyó… La revolución cubana sigue de verde oliva, (el uniforme de los Castro), para vencer todos los Combates».
Por ello, la Revolución continúa tras este maquillaje de «cambio».
La doctrina de Fidel, lamentablemente, sigue viva!!!
La autora es: Directora de ChacoRealidades; www.chacorealidades.blogspot.com.ar; Analista del Circulo Acton Chile @CirculoActonChile