Por Ricardo Bustos
Sin ánimo de discriminar pero con la mirada de ciudadano común puesta en el ojo de esta tormenta social que estamos viviendo los argentinos, se impone una lógica que a nadie escapa a la hora de analizar su origen.
Las frías estadísticas nos golpean con números que surgen de estudios serios y a los que debemos dar crédito.
Cada día hay más pobres porque aún no sabemos cuantos habitantes tiene la República Argentina ya que el mentiroso censo del año 2010, todavía no ha mostrado el resultado para tener datos ciertos sobre lo que hace falta cambiar para que podamos comprender cuales son los verdaderos males que nos atacan por estos días, pero mas allá de los hechos consumados, yace sobre el colectivo imaginario una crítica a todos los gobiernos que han priorizado votos sin prestar atención al desmesurado crecimiento demográfico en un país que hace años perdió el control de sus fronteras. Motivo por el cual, ha ido sumando problemas graves a los ya existentes.
En 20 años, han ingresado a nuestro territorio buscando oportunidades para una mejor calidad de vida, millones de ciudadanos extranjeros a quienes no se investigó sobre su estado legal en los países de origen. La fábrica de pobres no nace por la falta de inversión sino en la ausencia o mala educación e instrucción con los programas que deben poner en práctica los Docentes a la hora de enfrentarse a sus alumnos en las aulas donde asisten los sectores más vulnerables de los niños provenientes de familias que perdieron el rumbo.
Quizá provoque enojo este comentario, pero hoy es común ver a hombres y mujeres con siete u ocho hijos, de los cuales muchos son de otras parejas y quizá algo peor, no saben quienes son sus padres. esto genera rencor y odio en los niños cuando llegan a la adolescencia porque a la hora de compartir con otros jóvenes se produce una lucha interna que desemboca en violencia hacia quienes no los comprenden. Hoy tenemos por las calles miles de jóvenes que deambulan sin rumbo como si viajaran a un lugar llamado «la nada», sus oídos bombardeados por la música que los mantiene ajenos a una realidad que les dió contra la pared, porque es solo un oasis mentiroso en un desierto de ruinas morales que van dejando los políticos a su paso con los cargos para los que fueron elegidos.
Y la política siempre está en la escena del crimen. Nada cambia, todos se visten de seda pero al final el mono queda. Viejos políticos nos prometen recetas nuevas como si hubieran nacido a la escena ayer nomás y subestiman al pueblo que ya no sabe para donde escapar cuando reciben las propuestas mentirosas de quienes afuera o dentro de los gobiernos, continúan manteniendo el poder que decide porque en esta pirámide de basura institucional, arriba, allá en la punta y lejos de los votantes, son todos socios para desgracia de quienes necesitan ser conducidos dignamente.
Sindicatos con dirigentes presos por robar los dineros de los afiliados y vivir como millonarios, Dirigentes Docentes que hacen paro cuando les duele una uña y dejan a los chicos a merced de sus caprichos, mujeres que, con la excusa de aglutinarse en congresos truchos de la mujer rompen todo, ensucian paredes, se muestran semidesnudas e insultan a quienes no piensan como ellas y después en las mismas manifestaciones que hacen reclaman seguridad con el «ni una menos», olvidando que desde el vamos, están generando odios que, quizá nadie tenía.
Los jefes sindicales, piden la unidad del pueblo pero el día del trabajador, hacen actos uno por cada lado, demostrando una vez mas que aquello que escriben con la mano se borra con el codo. La CGT invita a Dilma Rousseff, una presidente que fué apartada del poder en Brasil, y como si fuera poco, traen como invitados a Ernesto Samper, ex presidente de Colombia, y de dudosa transparencia con las actividades de las FARC en su país.
La pregunta quizá sea ¿Por qué esta gente no conmemora el 1º de mayo en sus lugares de residencia?
Como vemos, la pobreza e indigencia, son solo una pata del entramado peligroso que están construyendo los dirigentes, tirando de la cuerda sin medir que, quizá las consecuencias cuando esta se corte, pueden ser catastróficas y de eso los argentinos sabemos mucho y no tenemos ninguna intención de volver a vivir.
Aquí cuando de perder se trata, siempre habrá excusas para culpar a alguien y así no se construye una nación.
La izquierda o la derecha, en el bolsillo tienen la misma cantidad de dinero, solo que unos viven como reyes y otros aparentan vivir como míseros pobres de una villa. Distintas metodologías pero la misma densidad a la hora de engañar a la gente.
Mientras tanto y como en la década del 70, la impunidad en las calles permite que dos delincuentes intenten ingresar a una Comisaría para liberar a un detenido por narcotráfico, dejando en el camino a una joven madre suboficial de la Policía Bonaerense, baleada y con riesgo de vida.
Volver al pasado en Argentina, es ingresar nuevamente al infierno y los que peinamos canas sabemos muy bien de que se trata.
«El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y despareció el mago”. Woody Allen
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556