Por Juan Tomás Valenzuela
No solo fue Eury Cabral,
pues yo también rompí en llanto,
cuando supe del quebranto
que han hecho a Julio, pasar.
Alain pretende abusar
contra Danny y contra Julio,
diciendo que su peculio
no se adquirió honradamente
y esta afirmación hiriente
no es propia de un contertulio.
Yo me suponía que Alain,
que hoy esboza estas sandeces,
tenía iguales intereses
que este par de camaján.
Si ellos son del mismo clan,
¿Porque este pujilateo?
A menos que sea un mareo
lo que aquí se está tramando,
a Julio, lo están forzando
a destapar un lío feo.
Danny, confesó una vez
que trabaja pa’Rondón,
y se gana un billetón
con gallardía y honradez.
Señaló con candidez
que es su relacionador,
¿Y como el procurador
pretende desprestigiar
a este dúo fenomenal
que le sirve al corruptor?
En esa rueda de prensa
que se dió en el CDP
yo vi a todos los caliés
que tiene su nombre en venta.
Creo que hasta perdí la cuenta
de la gente que allí estaba,
solo les faltó Cavada
para completar la lista
de lambones, palangristas,
vocingleros y hablababas.
Metién a Julio y a Danny
en el saco de Odebrecht,
y Eury, no está en el bufet
porque él es como un salami.
Hasta papel de origami
usó Eury, pa’envolverse.
“Ellos tendrán que entenderse”,
Murmuró Luisín Mejía,
abrazando su alcancía
y buscando ande meterse.
Los moñitos de Geomar,
chorreteando gelatina,
se veían desde una esquina
junto al baño del local.
Consuelo no podía habla,
estaba desconsolada,
y la otra deslenguada,
la tal Susana Gautreau,
le estaba rogando a Dios
que Alain, no haga una redada.
No hay mal que dure 100 años
ni cuerpo que lo resista
y a todo estos palangristas
les llegó su cabo de año.
Ya está bueno de hacer daño,
de apañar la corrupción,
de servir como peón
a este sistema corrupto,
de jartarse sin erupto
su parte del tiburón.
8 Mayo 2018