Por Juan Tomás Valenzuela
“El hombre que disparó
a las gomas del Sonata
no es cata y garrapata
de nadie en la institución,
fue una pequeña fricción”.
Según reveló el vocero,
“pero el chófer de aguajero
quiso sacarle un puñal,
y el mán tuvo que jalar
porque él es Zorrilla Suero”.
Este patán, que es agente
de seguridad privada,
cometió esta salvajada,
sin motivos aparentes,
y de forma negligente,
como actúa la policía,
quedó el chófer en la vía
literalmente varado,
mientras que este desgraciado
en su motor se escurría.
Poco después de este hecho,
sucede en el malecón,
que otro estúpido matón
comete un terrible hecho.
Un guardia de seso estrecho,
por nada sega una vida.
Tomada desprevenida
una pareja en un choque,
un cabeza de alcornoque,
dispara en forma suicida.
No solo quitó una vida,
con su disparo a mansalva,
porque él tampoco se salva
de esta estupida movida.
Su vida está destruída
igual que la joven muerta,
pues no hay ventana ni puerta
que pueda servir de escape,
después de aquel disparate
en su estupida reyerta.
¿Y que es lo que está pasando
por la mente de la gente,
que hoy son tán indiferentes
al dolor que andan causando?
Ya nadie está respetando
ni dolor, ni vida ajena,
responden de forma obscena
ante cualquier tontería,
solo mostrando apatía
a la más sublime escena.
17 Mayo 2018