Por Sin Reservas
Tal parece que hemos perdido el amor por la vida «de los demás», porque tras suceder esta acción de un infeliz ciudadado de Haití, con dos soldados del Ejército de la República Dominicana, la mayoría lo que quería es verlo asesinado.
O sea que los grandes deseos son de que estos servidores (que son más infelices que el cenutrio haitiano) ametrallaran a este sujeto.
Una serie de opinantes han escritos opiniones, otros las han externado a voz por radio y televisión y principalmente en las redes sociales se han externado improperios contra estos dos soldados, acusándoles de cobaldes, miedosos, y cuantas cosas se les han ocurridos.
Nosotros, particularmente elogiamos su actuación, y la calificamos digna de seres humanos, pues hasta donde observamos sus vidas nunca peligraron, para que estos disrupcieran la de este pobre díscolo.
No observamos ninguna diferencia en la acción del pelafustan, que en la avenida George Washington (Malecón), porque le rozaron el vehículo, asesinó una persona e hirió otra, con que estos soldados hubieran arremetido contra este haitiano, si, repetimos, al igual que el Malecón sus vidas no estaban en peligro.
Lo que sí, abogamos es, porque estos soldados dispongan de los instrumentos necesario para inmobilizar a este tipo de bestias, sin necesidad de asesinarlos.
Así pues, que NO es humillación para nadie, ni ominosa la actitud asumida por estos Cristianos, que evitaron cargar en su conciencia «sin necesidad» con la muerte de otro ser humano.
He aquí el vídeo: