Por Juan Tomás Valenzuela
Sublevado en el Bahoruco
de la doctrina boschista,
el león va a la conquista
del trono que tiene el cuco.
De poco valdrán los trucos,
ni ese swing de explorador.
La muela de este señor
no surte ningún efecto,
ni en contrarios, ni en adeptos,
ni en el público elector.
El Rambo de pacotilla
que debuta en el vídeo,
más se parece a Cachéo,
el del negrito de Villa.
Se le notaba a la milla
que era un truco mal montado,
eso de andar sublevado
contra un sistema existente,
que él, cuando presidente,
fue quien lo dejó instaurado.
Ahí anda como Chanóc,
con el cuchillo en la boca,
calzando las mismas botas
de Diego el explorador.
Igualito al predator
del filme de Schwarzenegger,
este cazador teenager
experto en malabarismo,
nos trae envuelto en cinismo
yerba fresca pa’lo bueyes.
Yo esperaba cualquier cosa
de este truhán simulador,
¿Pero hacerse explorador?
¡Ni Porfirio Rubirosa!
La comedia más chistosa
que se ha puesto en cartelera,
es ver cómo la carrera
de Leonel se va de cuajo,
poniéndose de relajo
como un carajo a la vela.
Juan de los Palotes
22 agosto 2018