Por Juan Tomás Valenzuela
Es un error que Leonel,
siendo un político fino,
ponga en manos, su destino,
de este hijo de Lucifer.
Ni el problema de EMBRAER
le va a traer más rechazo,
que aceptar a este pelmazo
de aspecto desagradable,
que ha sido el primer culpable
de sus últimos fracasos.
La tasa de aceptación
del señor Rosario Márquez,
va a hacer que Leonel se encharque
como barco en un tifón.
El antro de corrupción
que Márquez, llevó a la Junta,
es solamente la punta
del Iceberg de latrocinio,
que se dió en el escrutinio
con su dirección difunta.
Ahora, después que lo echan
de la dirección del centro,
el quiere meterse adentro
del grupo que más desechan.
Si los contras, no aprovechan
este fallo de Leonel,
de llevarse junto a él
a este ser desagradable,
para mi, lo más probable
es que vuelvan a perder.
Lo que Roberto Rosario
suma a cualquier candidato,
es lo que suma un tecato
a un culto de Seminario.
Este hombre es compromisario
de delitos cometidos
por Leonel, por el ungido
y su peledeismo hampón,
pues gracias a su ambición,
dieron bateo y corrido.
La aceptación de Leonel
de esta ave de mal aguero,
evidencia el desespero
que lo abruma por volver.
Si él pudiera comprender
que la oportunidad que tuvo,
con la que también sostuvo
tres triunfos electorales,
en condiciones actuales,
son hacha pa’su verdugo.
Juan de los Palotes
16 noviembre 2018