Por Juan Tomás Valenzuela
Una pobre ama de casa
que se quilló con Danilo,
está pendiendo de un hilo
por la dura ley mordaza.
La doña tenía su casa
que la hizo dando “tortazos”
y viene este barbarazo,
atento a que es presidente,
la saca forzosamente
como a los de Los Tres Brazos.
Visiblemente quillada,
con nuestro benefactor,
lo acusó de malhechor
y ser socio de Cavada.
La señora estaba airada
al referirse a Danilo,
lo tildó de mal parido,
fatal, desconsiderado,
de sucio, bizco, malvado,
de rastrero y de bandido.
Aunque estaba muy molesta,
también fue considerada,
mentando a su madre amada,
aunque de forma indispuesta.
Lo cierto es que este hombre apesta,
por la forma impertinente,
en que maltrata a la gente
que tan solo vale un voto,
como a esta doña, que él…
usó de capilla ardiente.
Lo penoso de este hecho
no fue el insulto vulgar,
lo malo es que este chacal
engordado con afrecho,
creyéndose con derecho
de maltratar al votante,
manda a un grupo de tunantes
a amenazar a la doña,
enseñando la ponzoña
de dictador petulante.
Ahora sale la doñita
visiblemente asustada,
porque ha sido amenazada
por todo estos trogloditas.
Ayer paso una guaguita
por casa de esta señora
y a palos como tambora
cogieron a un hijo de ella,
sin formularle querella,
frente a su progenitora.
Si así se atiende un insulto,
no hay que ser inteligente
para ver que el presidente,
a más de malo, es injusto.
Porque empezar a hacer bulto
porque una gente se quilla,
es la forma más sencilla
de saber que este carajo,
no es apto para el trabajo
de repetir en la silla.
Juan de los Palotes
20 diciembre 2018