Por Juan Tomás Valenzuela
En esta tercera entrega
sobre temas ciudadanos,
vuelve a mi mente Mariano
y aquesta justicia ciega.
Esa misma en que navegan
juristas de la calaña,
de aquel que condenó a Faña
en su impasse con Peralta,
quien lo acusó de la falta
de importar ajo con maña.
El bandido de Mariano,
que solo ha vivío del cuento,
dice que el mejor momento
judicial está en sus manos.
Que ni el código Romano,
ni tampoco el de Leonel,
nadie más probo que él
existe para aplicarlo
y quien intente embárralo,
lo enjuiciará atento a él.
Si repasamos la historia
él podría tener razón,
pues con esta corrupción,
en su larga trayectoria,
ha sido más que notoria
que las grandes desiciones,
no las toman los peones
Awilda y Arias Valera,
que son de la montonera
qué hay detrás de estos hampones.
Desde que llegó Mariano
a traficar con justicia
se adueñó de la franquicia
trazando regla a dos manos.
“El que se robe un marrano,
todo el peso de la ley,
va a caer encima de él
por orden del que más sabe,
pero me tratan bien suave
a los de torre CANEY.”
Si usted se roba una luz
transitando por la calle,
este va a ser un detalle
que podría armarle un rebú.
Más, si se mete en currú
desfalcando las finanzas,
tan solo busqué una alianza,
con el sector de Danilo,
y así podrá obrar tranquilo,
solo pagando una fianza.
Los terroristas del FALPO
en su atrevida jugada,
se cagaron en la entrada
por donde pasan los narcos.
Había mierda hasta en el marco
de la puerta de cristal,
más, si vamos a juzgar
por la pila de pupú,
¿Cuanta riega ese pechú
que quieren repostular?
Juan de los Palotes
8 enero 2019