Por Sin Reservas
Los señores Ercilio Ogando Aquino, de 57 años de edad y Juan Bautista Encarnación, de 50, que habían sido reportados desaparecidos el pasado 30 de mayo, fueron encontrados asesinados en Vallejuelo, San Juan de la Maguana.
Las víctimas fueron hallados enterrados a seis pies de profundidad en la comunidad de Villa Sonador, donde trabajaban como vigilantes de equipos pesados utilizados en la extracción de materiales de construcción en una mina.
La Policía, informó que encontró en el lugar de trabajo una gorra con una perforación de un proyectil, y auxiliados de perros, encontraron los cadáveres a unos seis pies de profundidad, los cuales fueron enviados al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) de Azua.
La forense Creucia Encarnación Encarnación, dijo que los cuerpos presentan heridas de proyectil de arma de fuego en el cráneo, en el pecho, con salida, y en la espalda.
La Policía, apresó al pariente Dionisio Ogando Vicente, de 29 años de edad, el cual fue acusado de los crímenes por familiares, quien al saber operar máquinas pesadas, tomó uno de esos equipos, cavó una fosa y los sepultó, informaron las autoridades policiales y del Ministerio Público.
El móvil de los crímenes es una herencia
Los terrenos donde se encuentra la mina de caliche y piedras, es una herencia, y el asesino reclamaba su parte y se la negaron, informó la Policía.
También están presos con fines de investigación Alberto de los Santos Martínez, Beltrán Marte González y Jorge Luis de los Santos Benítez.