Por Juan Tomás Valenzuela
De las filas del morado
que dirige un megalómano,
ahora nos sale un pirómano
de lo más desvergonzado.
Un tanto desesperado
por falta de seguidores,
el hombre ha dicho primores
sobre sus propios secuaces,
bajando a la misma base
a “rescatar” los valores.
En un acto “responsable”
cargado de pragmatismo,
este hombre llega al cinismo
de quemar a los culpables,
del sendero despreciable
que ha tomado el PLD.
Y hasta ha tenido el tupè
de encender una cachucha,
como símbolo de lucha
en contra de este mañé.
El ver a Domínguez Brito
y un galón de gasolina,
fue un golpe para Medina,
quien lo creía un santito.
Danilo ha pegado el grito
desde el mismo Nueva York
y ahora lo invade el temor,
con toda esta situación,
de si sigue en reelección
o si apoya a este señor.
El miedo del presidente
hacia esta acción despiadada,
no es que velen a Cavada,
ni a Euri, en capilla ardiente.
Es que sea su misma gente
los que le hagan la amenaza,
de cocinarlo a las brasas
igual que un pollo al carbón,
tan solo por la intención
de no cederles la casa.
Dijo el ex procurador,
entrevistado al respecto,
que el fuego es lo más correcto
pa’ volver a lo anterior.
Al tiempo cuando el honor
y los principios morales
solían ser la cualidades
que distinguían nuestra gente,
y no este ungido indecente
con su dispendio a raudales.
Con lo de quemar cachuchas,
todo el pueblo está de acuerdo,
siempre y cuando, que a estos cerdos,
los quemen con tó y capucha.
Yo me sumaría a la lucha
del señor Domínguez Brito,
si en este fuego bendito
que él trae pa’purificar,
también incluye quemar
a Camacho y a Pechito.
Juan de los Palotes
23 marzo 2019