Por Juan Tomás Valenzuela
El parecido asombroso
entre Danilo y Jesús,
hacen que este misifus
se sienta muy poderoso.
La caterva de mañosos
que sigue a este delincuente,
lo ve como al dios viviente
que revivió al tercer día,
tras la terrible agonía
que sufrió por sus creyentes.
La vida de sacrificio
que padeció el nazareno
también la sufre este egeno
ligado al dolo y al vicio.
Quererse hacer vitalicio
como el Dios que está en los cielos,
parece el único anhelo
de este miserable hampón,
que busca la redención
igual que un Diablo Cojuelo.
Se adueñó del Sanedrín
que dirigía el erudito,
dando dinero y carguitos
hasta al Dr. Chapatín.
No se quedó un malandrín
sin un puesto de trabajo.
Y aquí ha enseñado el refajo,
desde un simple Coronel,
hasta el pastor Ezequiel,
poniéndo a Dios de relajo.
Ahora es una congresista
la que nos muestra el buen visto
entre el bizco y Jesucristo,
por su afán oportunista.
La cara de chantajista
que pone esta sinvergüenza,
que se lanza a la defensa
de este ungido cachetón,
secreciona corrupción
por donde menos se piensa.
Que aproveche que esta arpía
lo equipara al Dios Viviente,
pa’darse un tiro en la frente,
igual que hizo Alan García.
Quien sabe si al tercer día
resurge en toda su gloria.
Y si no vuelve esta escoria
del reino de Lucifer,
quiera Dios que su poder
encuentre otra trayectoria.
Juan de los Palotes
18 abril 2019