Por Juan Tomás Valenzuela
¿Entonces, de acuerdo a Ozoria,
es por culpa de la prensa
que vino a ponerse tensa
la relación perentoria,
entre la iglesia y la escoria
que está al frente del Estado?
¿Es mi culpa, que el prelado,
denuncie cómo está gente,
en manos del presidente
viole todos los tratados?
¿Entonces, somos nosotros,
según el Padre Francisco,
los que le hemos dado al bizco
voluntad sobre los otros?
¡Que cachaza tiene el potro
que está al frente de la fé!
Este man, tiene el tupé,
¿Que tupé?… ¡La cara dura!,
de denunciar dictadura
y ahora nos saca los pies.
Bien lo dijo mi mamá,
cuando escuchó el incidente:
“Nunca te confíes en gente
que no sirve para ná.
Fíjate ahora cómo está
el charlatán de Francisco,
haciéndole coro a bizco
y pasándonos factura.
Antes era dictadura
y hoy son socios en el fisco.
Y está bueno que nos pase
por llevarnos de una iglesia
que por costumbre desprecia
a los de su misma clase.
Quiera Dios, que no nos pase
igual que el la Inquisición,
en donde el gobierno hampón
se asoció con el prelado,
para llenar el Estado
de sangre y de corrupción.
Más que yo, medio país,
le dió respaldo a la iglesia,
ante la embestida necia
que hizo aquella meretriz,
que pedía que de raíz
se extirpara el Concordato,
apoyando su alegato
en que si el mismo Dios, viviente
se va contra el presidente,
lo acusen de desacato.
Juan de los Palotes
2 Mayo 2019