Por Washington Cabello
MIAMI, Florida.- Mientras el desgobierno venezolano cumpla con los requerimientos de Washington sobre el envío del petroleo, no habrá ningún cambio en política de Derechos Humanos contra Venezuela.
Asimismo, a ningún otro del grupo de países que este sujeto mantiene mudo enviándole el oro del pueblo venezolano, le importa un carajo lo que le suceda a los ciudadanos, mientras sus bocas no puedan abrir por tenerla saturadas de petroleo.
Así pues, que las dificultades que confrontan los hermanos venezolanos que buscan asilo en los Estados Unidos descriptas en un articulo publicado por este diario, titulado: «El asilo político en EEUU se les hace difícil a los venezolanos», donde recoge situaciones que han expuesto familias que huyen de la situación política que se da en el país suramericano bajo el régimen de Nicolás Maduro.
Alicia Faneite salió de Maracaibo, en el noroeste de Venezuela, rumbo a Miami en marzo del año pasado junto a su esposo y su hijo de tres años, y aunque los tres tenían visas de turista, no iban a vacacionar.
La periodista venezolana había recibido múltiples amenazas debido a su militancia en el partido opositor Primero Justicia y al llegar al sur de la Florida solicitó asilo político. Su esposo, sin embargo, debió regresar a Venezuela en tres ocasiones, dado que la familia tenía temas pendientes por resolver, incluyendo someter a exámenes médicos al niño y la venta de un inmueble.
Pero los viajes terminaron siendo una equivocación. En el último de ellos, los agentes de inmigración cancelaron su visa, diciéndole que debía acogerse al asilo de su esposa o regresar a Venezuela, y allí fue cuando el esposo cometió el peor de los errores: decidió regresar.
«[El] tenía miedo de que, al acogerse a mi caso de asilo, me pudiera perjudicar», dijo Faneite en referencia a su esposo, Leonardo González.
De manera que hoy la pareja vive una separación forzosa, con ella en Miami y él en el país sudamericano. Y como ellos, son muchos venezolanos que han visto fracasar sus planes de emigrar hacia Estados Unidos por desconocer el funcionamiento de las leyes y los procedimientos de inmigración.
El desconocimiento «es el factor común de lo que está viviendo la comunidad venezolana», advirtió la activista Helene Villalonga, líder de la Asociación de Madres y Mujeres Venezolanas en el Exterior (AMAVEX).
«El desconocimiento nos está llevando a cometer un error tras otro», añadió.
Uno de esos errores proviene de la percepción de que cualquier venezolano que llegue a Estados Unidos puede calificar con facilidad para un asilo político.
«Si no se pone control sobre eso, lo van a banalizar», dijo Villalonga, cuya organización orienta a las personas sobre las opciones migratorias que tienen y «para ver si realmente califican para el asilo político».
Según el abogado de inmigración Irvin González, el asilo político se ha convertido en una forma de «comprar estadía en Estados Unidos».
Los solicitantes reciben un estatus temporal y después de 150 días de la aplicación pueden solicitar el permiso de trabajo. Los turnos para entrevista con Inmigración para los casos de asilo político están demorando hasta el 2018 o el 2019.
Además, el abogado alertó que «si no son casos fuertes, sería inescrupuloso procesar la solicitud de asilo». En los últimos dos años el abogado González solo ha procesado dos casos de asilo político, aunque le solicitan el servicio constantemente.
González recalcó la importancia de que las personas tomen una decisión informada con respecto al asilo. «Algunos me dicen que van a Venezuela a arreglar sus asuntos y después cuando regresen van a pedir el asilo», dijo el abogado.
Los casos que son rechazados en la entrevista con las autoridades de Inmigración pueden defenderse en la corte, y después apelar el fallo si son rechazados nuevamente. Pero «eventualmente va a llegar lo inevitable», dijo González en referencia a la deportación.
Ernesto Ackerman, de Ciudadanos Independientes Venezolano-Americanos (IVAC), dijo que en el último año ha observado un aumento de casos de personas interesadas en solicitar asilo político, muchos con «argumentos poco creíbles».
«Están buscando una solución desesperada para obtener un estatus migratorio», dijo Ackerman, y advirtió que un aumento de las solicitudes podría dificultar el proceso de «los casos que realmente califican».
Varias organizaciones comunitarias en el sur de Florida trabajan para solicitarle al presidente Barack Obama una Acción Diferida que proteja a los venezolanos, y planean reunirse a finales de agosto con varios congresistas. Pero según Villalonga, para la propuesta es vital el apoyo de la comunidad.
«No queremos dejar esta propuesta en manos de los políticos, para que no la politicen», dijo Villalonga.
Además, la activista añadió que también están trabajando en el desarrollo de una propuesta de ley, «Venezuelan Adjustment Act of 2015», que también tiene como objetivo ajustar el estatus migratorio de los venezolanos.
El congresista Carlos Curbelo dijo estar en conversación con otros legisladores y activistas comunitarios a fin de determinar «el camino más apropiado para asistir a esos que no pueden regresar a Venezuela durante estos tiempos turbulentos».
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