La frontera dominico-haitiana

Por José Miguel Medina Tejeda

SOÑARE QUE MI PAÍS SE PUEDE MEJORAR

La frontera dominico–haitiana es utilizada para el contrabando de armas, automóviles, alimentos y ropas entre otros; así como el trasiego de drogas provenientes de Centro América y Sur América que utilizan a Haití como puente para la República Dominicana y ésta a su vez es utilizada como puente para Estados Unidos y Europa.

Todo esto es conocido por las distintas autoridades de ambos Países, que en algunos casos están involucrados en todo lo que ocurre en la frontera.

La frontera Dominico–haitiana tiene aproximadamente 388 kilómetros lineales. A la fecha se han enviado más de 500 militares a la zona fronteriza para controlar la frontera y aún no está resultando efectivo este control.

Para lograr mejor efectividad en el control de la frontera se debe distribuir adecuadamente los militares destinados para estos fines.

Una posible distribución:

Si colocamos un militar cada 5 kilómetros lineales en la frontera esto sería equivalente a 78 militares por turno de 8 horas, en el horario nocturno sería recomendable colocar dos (2) militares; esto equivaldría a 312 militares los 3 turnos, (78 x 4).

A estos 312 militares agregamos 78 para cubrir los turnos de descanso, lo que sumarían un total de 390 militares.

Agregamos 16 oficiales Supervisores por turnos de 8 horas, distribuidos cada 100 km., debidamente equipados con transportes adecuados al área a supervisar, lo que equivale a 48 oficiales Supervisores más 16 Oficiales para cubrir días de descanso para un total de 64 Oficiales Supervisores.

Para completar los 500 militares enviados faltarían a nuestra suma la cantidad de 46 militares los que podrían distribuirse entre Generales, Coroneles, Mayores, áreas administrativas, etc.

Esta distribución conllevaría raciones de comidas, transporte adecuado para cada turno, condiciones sanitarias y de protección contra la intemperie e inclemencias del tiempo, linternas potentes, pitos, luces bengala para avisar a otros que algo ocurre en esa zona, equipos médicos de emergencia, entre otros.

A todo lo largo de la frontera por unos 10 metros de profundidad se podría sembrar Cactus (tipo raqueta o malla) para limitar el paso a cualquier persona o animal. Esto también contribuiría a preservar el microclima de la zona fronteriza.

Lo que hace más difícil el control de la frontera Dominico–Haitiana es la constante y persistente inmigración ilegal desde el vecino país. Provocada indudablemente por las necesidades, precariedades y miseria del pueblo haitiano.

Esta inmigración ilegal es provocada, auspiciada y mantenida por autoridades civiles y militares de ambos países, así como grupos de personas que se benefician económicamente de este desorden que predomina en la frontera.

A estos grupos no les interesa que exista un orden ni controles en toda la zona fronteriza.

El paso de haitianos ilegales a República Dominicana es por motivos laborales, Regularmente los haitianos son contratados para el corte de la caña en tiempos de zafra, también para la recogida del café, la agricultura, venta de helados en las calles, en la construcción y otros.

En la actualidad los haitianos también vienen a trabajar por cuenta propia; en las calles vendiendo botellas de agua y tarjetas de comunicación, las mujeres y niños pidiendo limosnas en las esquinas de las calles en casi todas las ciudades.

La contratación de mano de obra haitiana debe ser regulada urgentemente. La persona interesada en contratar haitianos debe contar con un permiso de las autoridades Dominicanas el cual puede otorgarse por un período de 6 meses renovables si las partes lo desean.

El Contratista debe pagar un impuesto al Gobierno Dominicano por el período de contratación y por cada persona contratada.

El gobierno Dominicano entregaría un permiso a la persona contratada por el tiempo de duración del contrato como ya lo está haciendo.

El permiso de contratación debe estipular permitir una visita mensual a Haití a ver a familiares.

El haitiano que no tenga su documento de contratación al día será trasladado a la frontera de su país y no podrá ser contratado de nuevo siendo el contratista Dominicano responsable del costo del traslado y sancionado duramente con multas o cárcel.

Cualquier violación a lo establecido el responsable es el Contratista Dominicano ante las autoridades y la justicia.

No se debe permitir contratar mujeres y niños.

El gobierno Dominicano debe prohibir la contratación de mano de obra extranjera en sus obras. Sean estas concesionadas o no.

El valor del impuesto a pagar por el Contratista Dominicano debe ser tal que equipare o iguale al salario que éste no quiere pagarle al trabajador dominicano, lo que desestimularía al Contratista a contratar mano de obra extranjera y lo motiva a contratar la dominicana, porque el salario y beneficios a pagar a los dominicanos serían los mismos que si contratara una extranjera.

No importa la cantidad de militares y/o autoridades civiles que se envíen a la frontera. Lo que pasa en la frontera y por la frontera es con su anuencia.

Solamente creando un cuerpo élite de militares y funcionarios civiles de migración, orgullosos de sí mismos, bien remunerados y que no dependan de autoridades políticas y/o departamentos militares propensos a la corrupción, con conocimientos de las leyes de migración para saber tramitar adecuadamente los expedientes y no den lugar a que la denominada justicia tenga motivos para descargar a posibles infractores.

SOLO ASÍ SE LOGRARA CONTROLAR LA FRONTERA DOMINICO–HAITIANA.

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