Por Juan Tomás Valenzuela
El techo de un hospital
cayó de la misma forma
en que caerá la reforma
de este ungido proverbial.
Ya no hay tiempo ni lugar
para que este manganzón,
someta la reelección
en esta legislatura,
aún pasándole factura
al mal llamado león.
Así como este hospital
se quedó descapotado,
este ungido desalmado
no va pá ningún lugar.
Pues para modificar
nuestra carta sustantiva,
debían caer desde arriba
diputados suficientes
y aquí ya no hay tanta gente
pá armar esa comitiva.
Igual como malgastaron
esta inversión en Salud,
la coima y la ineptitud
de los que se apandillaron,
es obvio que no alcanzaron
para imponer la proclama,
y hoy estan sufriendo el drama
de este conflicto intestino,
entre Leonel y el cretino
que ayer le mento su mama.
Cual las columnas de amarre
cayén del Cabral y Báez,
o como Milton Peláez
cayó en manos de un compadre,
Es imposible que cuadre
la unidad en el Partido.
Como Leonel, ni el ungido
darán a torcer sus brazos,
esperen el cajetazo
si Luis, es el elegido.
Juan de los Palotes
16 julio 2019