Por Juan Tomás Valenzuela
Mientras Danny y Oscar Medina
lo ven en Torre CANEY,
Luis Abinader vá al play
y se expone a las bocinas.
Pero de ninguna esquina
le salen como a Camacho,
vocándole mamarracho,
ladrón, pérfido, ladino,
animal, perro, cretino,
pillo y cogedor de machos.
En el entretenido juego
entre Águilas y Licey,
se armó todo un guararey
cuando Luis se expuso al fuego.
Del anillo palaciego,
tan solo fue Radhamés,
el que intentó alguna vez
ir a sentarse al Estadio
y yo supe por la radio
que alguien le dió un entremés.
Ayer invité a Cavada
y no contestó al llamado
de irse conmigo abrazado,
a disfrutar la velada.
Me lo imagino en las gradas
viendo el juego de pelota,
a lado de la marmota
que habló de cuero y tatuajes,
y de todo el tigueraje
del Zol de la Mañanota.
Sueño con ver a Pechito
ir a un juego de los toros,
a ver si le hacen el coro
contándole sus delitos,
que le hablen del barrilito,
del Roll Royce exonerado,
de tó lo que ha acumulado
sin dá un golpe de karate,
como el otro guaremate
que funge de Procurado.
Quiero ver a Juan Bragueta
ir con uno de sus cueros
él a ver a los peloteros
y ellas ir a enseñar tetas.
Si se me dá la tripleta
de ver a Martínez Pozo,
junto al enano azaroso
y el pillo de Álvaro Arvelo,
ya no me haría falta el cielo,
porque seré el más dichoso.
Juan de los Palotes
23 noviembre 2019