Por Juan Tomás Valenzuela
A la audiencia de Marino
solo fue quien debió ir.
Que no venga a confundír
este “catador” de vinos.
Los diametrales caminos
que definen a Zapete,
de este insolente soquete
y de su enano escudero,
diferencian al primero
del Chompira y Peterete.
No es verdad que en Ciudad Nueva,
dando respaldo a Marino,
hizo falta este cretino
ni ninguno de su gleba.
Ni los de la Banda Ameba,
ni el rufián de Mojo-Jojo,
ni el hijo de aquel despojo
que murió de inanición,
cabían en una audición
en la que sobraba enojo.
El periodismo decente
que dió respaldo a Marino,
dista mucho de el ladino
que representa esta gente.
Esa prensa delincuente
que ejerce este carpetoso
y aquel enano azaroso
que le sirve de lambón,
pernocta en la corrupción
y ahí no hay nada de glorioso.
Un periodista implicado en el caso de ODEBRECHT,
¿Cómo ahora tiene el tupé
de alinearse de este lado?
Hay que ser desvergonzado,
más que mañoso y corrupto,
para con ese exabrupto
de este ruín facineroso,
querer venir de gracioso
a justificar lo injusto.
Este man no fue la la audiencia
(tampoco puede ir al play)
pá evitar un guararey
con toda la concurrencia.
Y justifica su ausencia
resaltando que Marino,
cuando era con él, no vino
a defender su honradez,
con igual desfachatez
con que él defendió a Diandino.
Juan de los Palotes
13 diciembre 2019