Por Juan Tomás Valenzuela
El obispo Nicanor
dijo ayer en la homilía:
¡Cuidáo al que se le ocurría
darle el voto a un malhechor!
El padre habló del valor
que tiene este día el votante
y de cómo estos farsantes,
por romo y por pica pollo,
lo enlían de nuevo en el hoyo
para ellos seguir campantes.
Cierto es que en ningún momento
hizo mención del ungido,
pero es harto conocido
que hablaba de este elemento.
Aunque también el jumento
que le sirve de delfín,
estaba sentado, en fin,
al lado del bandolero,
el obispo fue somero
y no habló del malandrín.
Hasta el nieto de Chapita,
que estuvo en la eucaristía,
entendió que la homilía
fue pa’l marío de Candita.
Esta señora y Cuquita,
la actual vicepresidente,
fingieron no darse cuenta
de como el padre Gregorio,
con términos alegórios,
le estuvo sacando cuentas.
Al obispo de la diócesis
del pueblo de La Altagracia,
puede que no le haga gracia
(y esto tan solo es mi hipótesis)
que Danilo, use de prótesis
a este penco barahonero.
Que a ojos de buen cubero
no es más que la marioneta
que piensa usar de muleta
pá alzarse con el pandero.
El padre fue más que explícito
al marco de la homilía,
y más claro no podría
hablar de este ungido ilícito.
Más de una vez fue solícito
sobre el tema electoral.
“Aquel que vaya a votar,
que no venda su conciencia.
Si lo hace, la negligencia
es quien no va a gobernar”.
Juan de los Palotes
21 enero 2020