Por Juan Tomás Valenzuela
Por lo poquito que vale
el ruín de Ezequiel Molina,
solo Danilo Medina
es, tal vez, el que lo iguale.
El hijo de este, ahora sale
rogando a sus feligreses,
tratándolos como reses
caminando al matadero,
votar por un bandolero,
no por la que lo merece.
El retoño de Ezequiel,
(deshonesto, igual que el padre)
anda buscándole un cuadre
al mismito Lucifer.
Este, ahora busca imponer,
usando a Dios, de muleta,
que marquen en la boleta
al candidato morado,
no a Faride, que ha mostrado
tener mucho más bragueta.
Ezequiel Molina Jr.
hijo y nieto de bandidos,
pide seguir al ungido
por su senda de infortunio,
en vez de este plenilunio
que representa Faríde.
Y con tal descaro pide,
este demonio alicorto,
elegir contra el aborto,
un tema que nos divide.
Desde el aspecto científico,
se evalúan las tres causales,
sus aspectos diametrales
y sus puntos específicos.
Sin el aspecto beatificó
que promueve la ignorancia.
Y la absurda extravagancia
con la que sale Ezequiel,
lo que intenta es imponer
la fé más absurda y rancia.
Este avezado alcornoque,
sin el más simple criterio,
le “ordena” a su ministerio
que se riña por su enfoque.
Él exige que no se toque
el vientre de la mujer,
el día que llega cualquier
violador y la embaraza,
poniéndole una mordaza
a su condición de ser.
Estos dos pelafustanes
que negocian con el alma,
quieren llevarse las palmas
con el Penco y sus truhanes.
Los pastores alemanes,
exhiben mejor criterio,
que los de este ministerio
que quiera entrarle una Faríde,
que lo único que pide
es que ¡por Dios! sean más serios.
Juan de los Palotes
29 enero 2020