Por Ana María Ureña
Cuando se descubre a delincuentes principalmente robando, estos suelen asumir una actitud de que al tratar de escaparse, en su huida van vociferando Un ladrón, Un ladrón, Un ladrón, con tal desviar la atención hacia ellos y tratar de no ser atrapados.
Es exactamente lo que ha hecho el Partido de la Liberación Dominicana, (PLD) en la persona de su presidente Temístocles Montás, mejor conocido como «Temo Odebrecht y Temo Najayo» al fallarle el segundo intento de fraude, ya que confiaron que como tenían el apoyo de la Junta Central Electoral (JCE) iba a pasar tan fácil como el primero, del 6 de octubre pasado contra el propio Presidente de su partido Leonel Fernández.
Ahora tras verse descubierto, el terror y la desesperación se ha apoderado de ellos, ya que lo planificado en el sistema automatizado se le salió de control o mejor dicho no le funcionó como lo programaron, porque sólo mostraba su partido, cosa que nos imaginamos no fue el propósito, salen vociferando:
Un ladrón, Un ladrón, Un ladrón…
Tratando con esto de emular una costumbre de antaño usada por los delincuentes callejeros.
Pero cáspita, a quien escogieron, precisamente es a un Un ladrón, que el presidente Danilo Medina, acusó, envió a apresar, lo paseó vergonzosamente por la ciudad y lo trancó en Najayo, producto de las fechorías que confesó haber cometido con los sobornos de Odebrecht, de ahí los alias que les han puesto, como: Temo Odebrecht y Temo Najayo.
Pero el sujeto no se queda ahí, en endilgarle su fechoría electoral a los demás, sinó que ha recalcado su condición de DELINCUENTE, al decir que comete otros delitos, en este caso electoral y constitucional, nada más que violando el:
Artículo 208, de la Constitución de la República, que expresa claramente:
Ejercicio del sufragio
Es un derecho y un deber de los ciudadanos el ejercicio del sufragio para elegir a las autoridades de gobierno y para participar en referendos.
El voto es personal, libre, directo y «SECRETO» en mayúscula se lo escribo para que lo lean bien.
Nadie puede ser obligado o coaccionado, bajo ningún pretexto, en el ejercicio de su derecho al sufragio ni a «REVELAR SU VOTO», también se lo escribo en mayúscula.