Por Juan Tomás Valenzuela
El truco que el fariseo
usó contra Roquelito
fue el mismo que usaba Orbito,
operando con los deos.
Pá Caisutti fue un bufeo
la trama de Puerto Plata,
en la que una caminata
que fue organizada en Villa,
le rompió la rabadilla
a su población beata.
Utilizando a un lacayo,
enajenado mental,
Caisutti logró burlar
a un grupo de pariguayos,
que creen que el tiguere gallo
que llaman “el peregrino”,
cumple un mandato divino
que nos envía el Santo Padre
y no del hijue’sumadre
que también trajo a Quirino.
Pero no se le dió a más,
ni al Penco, ni al peregrino,
ni al ungido malandríno,
ni a la esposa de Caifás,
ni al ministro, que además
de empleado de Gonzalo,
le está guisando un escualo
descompuesto y pestilente,
a la vice de los dientes,
a Danilo y a Gonzalo.
Pá poner la tapa al pomo
después de lo de Mildomio,
el dueño del manicomio
se ha echado la iglesia al lomo.
En vez de dar cualto y romo
(como hacia el de Villa Juana)
usó una nave profana
y subió en ella a la Virgen
pá que del cielo nos libren
de está infección bacteriana.
En ves de subir al cielo
a estos padres franciscano,
busquen al Dios nigeriano
a ver si nos dá consuelo.
Ya nos tomaron el pelo
con Mildomio en Puerto Plata,
volver a meter la pata,
esta vez desde un avión,
evidencia que este hampón
es más vivo que La Táta.
Juan de los Palotes
1 Mayo 2020