Por Sin Reservas
(elpais.com).- La autopsia de Sandra Bland, la joven afroamericana hallada muerta en una cárcel de Texas (EE UU) el pasado 13 de julio, descarta las hipótesis de homicidio. La mujer, que había sido detenida el 10 de julio tras una leve infracción de tráfico, se suicidó con una bolsa de plástico, según ha comunicado el ayudante del fiscal del condado de Waller, Warren Diepraam, durante una rueda de prensa.
Diepraam explicó que no encontraron signos de violencia en el cuerpo de Bland correspondientes con los de un asesinato: «Sería normal hallar heridas en las manos, heridas defensivas», dijo. Además, ha relatado Diepraam, Bland tenía «una marca uniforme y coherente alrededor de su cuello» producida por la bolsa de plástico con la que se colgó. En caso de ataque violento, ha explicado, la bolsa al deslizarse habría provocado diversas marcas.
La joven, originaria de un suburbio de Chicago, se acababa de trasladar a Texas para trabajar en la Universidad de Agricultura y Mecánica de Prairie View, cuando, tras un rutinario control por infracción de tráfico, fue detenida por agresión.
El agente Brian Encinia la amenazó entonces con «freírla» con su pistola eléctrica y la hermana de Sandra Bland, Shante Needham, dijo que ella la llamó desde la cárcel para informar de que la habían detenido. La mujer alegó que un agente le había colocado una rodilla en la espalda y que creía que le había fracturado el brazo. La autopsia ha confirmado las heridas en las muñecas y hematomas en la espalda de la mujer.
En la cárcel, Bland reconoció durante un cuestionario de rutina que se había intentado suicidar recientemente por la pérdida de un bebé, pero la dirección del presidio no solo no la puso bajo vigilancia especial, sino que violó sus propios protocolos de supervisar a los presos cada hora.
El caso Bland, viral en Twitter
La muerte de Sandra Bland ha desencadenado una campaña contra los abusos policiales y la discriminación en las redes sociales. En Twitter, con el hashtag#IfIDieInPoliceCustody [si muero bajo custodia policial] miles de usuarios –muchos de ellos afroamericanos– han reclamado una investigación clara e independiente sobre lo ocurrido durante su detención. También informan sobre sus voluntades anticipadas si algo les sucediese mientras están bajo custodia policial.
«Si muero bajo custodia policial cuestionaros todo. No creáis nada de lo que digan. Reclamad la verdad de cualquier forma que sea necesaria», dice una usuaria. «Si muero bajo custodia policial no me suicidé. Quiero que sepáis esto», afirma otra.
Otros han utilizado el hashtag para recordar casos como los de Freddie Gray, un joven negro que también murió mientras estaba bajo custodia policial en Baltimore, o Eric Garner (también afroamericano) que murió por asfixia en Nueva York cuando estaba siendo detenido por la policía. Casos que desataron la indignación social y avivaron el debate sobre la discriminación racial en Estados Unidos.
En lo que va de día, el hashtag ha tenido más de 2 millones de impresiones en Twitter, es decir, el número de veces que la etiqueta ha aparecido en pantalla mediante retweets o menciones, y aproximadamente 1.500 tweets a nivel mundial.