Por Juan Tomás Valenzuela
Hay un avión en Bruselas
que salió de Puerto Plata,
que no llevaba batata,
ñame, yuca ni habichuela.
No salió de Venezuela,
como se intentó decir,
no salió de Guayaquil,
ni la China de Formosa,
este salió de Helidosa,
aún no se quiera admitir.
Como ayuda “humanitaria”
salió cargáo de “perico”,
y aunque yo no identifico
la ruta compromisaria,
se dice que en la Portuaria
se presentó el plan de vuelo
que usaba doña Consuelo
para viajar en su escoba,
del Palacio a Las Caobas
detrás de sus caramelos.
¿Que responde la aeronáutica
del vuelo de esta lechuza?
¿Esta es otra escaramuza
de la ilusión cosmonáutica?
¿La condición andropausica
mía, de Nieves y de Andrés
nos causa tanto revés
que ya estamos divariando,
o lo que se está ocultando
es de alguien del Comité?
Hay un hecho insoslayable
que implica un avión cargado,
un Penco, un jefe de Estado,
y una prensa deplorable.
Una travesía inviable
ante estas tribulaciones,
un cielo con restricciones,
un avión que no aparece,
una corrupcion que crece
más bien, digna de Al Capone.
Están jugando al mareo,
a la corrupción rampante,
a movimiento y allante,
como dice Andrés Mateo.
Aunque Danilo, está feo
con la condición que enfrenta,
la organización magenta
que está bajo su dominio,
ha apostado al exterminio…
si Luis, no les saca cuentas.
Juan de los Palotes
14 Mayo 2020