Por Juan Tomás Valenzuela
La comadre Sergia Elena,
hablando bien del León,
dijo que él ya no es ladrón,
y lo dijo con gran pena.
Que esos cantos de sirena
que ella esbozó en el pasado,
eran porque este taimado
le había dado bola negra,
a ella, a Quique y su suegra,
pero ya este hombre ha cambiado.
A la pregunta capciosa
que formuló Mariasela,
Sergia, dijo sin cautela,
cuál quien no quiere la cosa,
que la forma bochornosa
en que hablaba de su emir,
era porque este pajuíl
siempre anduvo en malos pasos,
pero desde que dió el gran paso,
ya no ha vuelto a delinquir.
“Desde que Leonel Fernández
salió de la presidencia,
parece que entró en consciencia
con todos estos desbandes.
Y no es porque ya no mande,
cómo podrían suponer,
tampoco es por la mujer,
pues él ya la soltó en banda,
es que el mudo Marulanda
lo está a punto de joder.”
El presidente Medina
ya lo tiene tikimani
como a una rueda’e salami
ante una rata asesina.
Tá comiendo de cantina
desde que doña Margó,
fue y lo desconsideró,
fugándose con Gonzalo,
aquel penco pejepalo
que el PLD postuló.
“Hace mucho que él no roba”
aseveró Sergia Elena,
y su expresión daba pena,
con esa cara de boba.
“Desde que dejó la alcoba
la oveja negra del clan,
se ha vuelto una masa‘e pan
el viejo rey de la selva,
y creo que ni aunque ella vuelva,
él retomaría ese plan.
Juan de los Palotes
20 mayo 2020
