Por Sin Reservas
Cuando era síndico de la capital Rafael Suberví Bonilla, mejor conocido como Fello Suberví, tenía un grupo de mujeres empleadas para barrer algunas calles.
Conversando con una de ellas, le cuestionamos que dónde laboraba y ella contestó: Soy de las muchachas de Fello. Le riposté que qué era eso, dijo que trabajaba en el ayuntamiento en el grupo de Las muchachas de Fello, destinadas para barrer calles.
No nos cabe duda que es una labor digna, decorosa, loable, pero como la ven muchos como repugnable, estaría muy bien que como castigo a los(as) delincuentes los pongan a realizar esa labor como condena por algunos abusos que causan un daño moral y una distorsión terrible, especialmente en casos como el que nos ocupa, que es pervertir una menor.
La autoridades de la Procuraduría Fiscal de Niños, Niñas y Adolescentes, deben de advertir que no toleraran este de aberraciones inducidas en un 99 por ciento por delincuentes adultos y aplicar sanciones drásticas.
Lo que se observa en este vídeo es intolerable:
Luego de que una niña se comporta de esta manera, es posible reformarla?
Que me ayuden los psicólogos o los que tengan experiencia en el área!— Dr. Ernesto Farola (@DoctorFarola) September 14, 2020
Ya’ta bueno de’ta vaina…!!!
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